Descripción de la Exposición El mundo plástico-visual se ha ido constituyendo tanto por la inercia de su propia historia como por los descubrimientos que los hombres y sus conocimientos le han ido aportando. Tanto es por el desgranarse del arte a través de los tiempos, desde su praxis y la información que su estudio nos vierte, como las intuiciones y pasiones que desatan reglas y abren puertas y ventanas a las nuevas maneras de practicarlo, verlo y estudiarlo. La preocupación por la relación entre arte y naturaleza no es nueva ya hace mucho que tomó plaza y ha dado resultados de muy diverso signo. Una parte de esa relación yo la identifico con la que se ocupa de lo que no es naturaleza en sí sino que se refiere a la reutilización de los materiales que la industria humana ha creado, con mayor o menor acierto y que a veces los encontramos acumulados por toneladas como resultado directo del lado más perverso del progreso. Estoy contento de ver como en la vieja Europa alguien no ha perdido el sentido dinámico de las cosas. Cómo todo tipo de materiales sirvieron siempre para hacer juguetes, cacharros domésticos o delicadas piezas para un invento efímero que casi nunca funcionará, como vemos en las sociedades mas pobres. Ellos no tienen necesidad de pensar la naturaleza, son naturaleza y actúan en consecuencia. Una bolsa roja es una bolsa roja, para alguno podrá ser otra bolsa roja que sirve para llevar una botella de vino a una fiesta. Pero una bolsa roja es mucho más, es un manto románico, es un cielo de Gaugin, es una línea que juega tras el cuchillo de Miró, es la panza de un bisonte de Altamira, es el color de Dios en Van Eyck, es la flor imaginada que derrocha olor a caramelos y dolor de mujer, es la briosa pincelada del mejor Monet, es el San Juan de Rubens, las mujeres de Matisse o la violencia social en Rebeyrolle o Millares. Es al fin color: en español decimos colorado por decir coloreado, que tiene color. Monika Grygier recupera el color del material proscrito, y lo devuelve al calor, no tanto como en la fragua de Vulcano, para modelarlo y convertirlo en la dúctil materia pictórica, la que va a saber hacernos olvidar el pobre origen, su pasado prosaico, para llevarnos a un mundo donde la pintura no está pintada, sino fundida, tensada, hilada, trenzada, soldada. Soñada. El desarrollo de su último trabajo, que encuentra un sólido sustento en el tesón con el que se aplica a la clasificación de estos materiales, tono a tono, para obtener un impresionante elenco, herramienta clave para acceder al resultado requerido, nos sorprende aún más sabiendo que las obras más conocidas de esta artista han vivido una contención cromática para enriquecerse de sutilezas. Si se ha alejado de su anterior obra, refinada, sencilla, directa, poderosa, lo hace sin perder los adjetivos. 'Al mal tiempo buena cara' canta el dicho popular, y si alguien sabe vivir en la crisis permanente son los artistas, asunto obvio, pero que hace poner a funcionar a pleno rendimiento los limitados recursos. El ladrón de las viñetas decía aquello de 'la bolsa o la vida'; Monika desnuda la vida con la bolsa real, con el detritus de la sociedad opulenta trasmutada en paleta, invierte el ciclo y trae a la vida al abyecto cadáver, embalsamado por las manos expertas, trasmutado en verbo pictórico, para inundar su obra de gozo con el color enajenado del imperio.
Exposición. 17 nov de 2024 - 18 ene de 2025 / The Ryder - Madrid / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España