Descripción de la Exposición
EL SOL DE MI LARGO INVIERNO
El territorio que habitamos es el escenario de nuestro modo de estar en el mundo y el paisaje que erigimos, contemplamos, soñamos. Nos hemos alejado de la relación del ser con el entorno para convertir el mundo en una superficie plana y brillante donde el sello distintivo de los pueblos se vuelve uniforme y liquido.
En El sol de mi largo invierno se unen dos trabajos conectados en su divergencia y en la libertad de soñar los lugares vividos. El círculo polar ártico y una isla. Un mundo sin límites visibles y un territorio acotado por acantilados. Los autores reclaman posar la mirada sobre estas tierras duras y su solidez del anclaje a la tierra.
Rosa Rodríguez en La línea blanca presenta un desierto de nieve, infinito, inhóspito e inasible. Jesús Labandeira Pastor en Agostar habita en una pequeña isla griega, agreste, rural, ardiente de soles.
El animismo en los pueblos del Ártico imagina que las montañas nacen de la lucha de dos gigantes, que los animales de caza exigen ceremonias para que su ánima no vague en el frio. La antigua Grecia se veía poblada de monstruos marinos y las cabras asemejan en el muro pinturas de cazadores celestes.
El latido del mundo de hielo y el de los soles de verano se unen en el anhelo común de retorno a la naturaleza, de comunión con el paisaje, de búsqueda de la inmensidad del silencio. La dignidad de crear frente a la soledad del cosmos, dejándose seducir por la aurora boreal o por el dominio de la soledad en una isla casi desierta ha hecho del vasto espacio su casa nido, un retiro meditativo.
Ambos trabajos se resuelven sin ruidos, sin estridencias, con formas minimalistas que resaltan la poética de los espacios más allá de toda razón. Ante la grandeza de los espacios La línea Blanca y Agostar optan por una contención de las emociones, una indagación en el silencio.
El blanco pudiera ser el hilo conductor que engarza las piezas, sin embargo en el resultado final de los procesos es la luz la que empasta y construye, la luz que dibuja las formas sensuales y sensitivas, ricas en texturas y colores en las superficies latentes.
Rosa Rodríguez y Jesús Labandeira Pastor tratan de forma descriptiva y rigurosa el género del paisaje, apenas se percibe un eco narrativo, y el mérito reside en un poder de evocación que permite soñar despiertos con un retorno a lo salvaje y en un deseo de iniciación al viaje buscando rememorar las experiencias vividas.
“Es en esta imposibilidad de delimitar el mundo físico, la naturaleza y el hombre donde la fotografía encuentra su validez y su sentido. La esencia última de la fotografía, su autonomía, descansa precisamente en esta dimensión de la misma como lenguaje no absoluto y en su poder para hacernos reconocer la cualidad inmensurable de lo real” Luigi Ghirri. Infinito, 1974.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España