Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Turbación, perplejidad, búsqueda, curiosidad, sonrisa, estremecimiento, dulzura, nostalgia... son sólo algunas de las sensaciones que se experimentan ante una cerámica, escultura o instalación de Marisol Cavia, artista española ubicada en Londres desde hace ya más de tres décadas. Y ello porque el arte -y sobre todo el suyo- dura mucho más de lo que dura la mirada, por contrariar la iconoclasta sentencia de Le Parc. En el arte de Marisol hay un antes y un después del arte; hay una recuperación de recuerdos, una indagación interior, una observación de lo real, un ordenamiento sutil del material por parte de la artista, una invitación a la profunda implicación por parte del espectador y, al fin, una huella indeleble que acompaña durante mucho tiempo. Como un sabor que viaja por el cuerpo en la saliva y en la sangre, que se agazapa en la comisura de los labios: un inquietante sabor que no se olvida. La ternura en la obra de Marisol Cavia es una ternura que duele. En su ideario hay referencias acariciadoras: la infancia, la delicadeza de una sección determinada del universo femenino, la poesía, el amor, el deseo. Con esas referencias trabaja la artista, y de su mirada lúcida emergen las aristas del mundo, en las que se recrea y con las que 'puerilmente', lúdica e inteligente, apela al espectador, hiriéndolo. Pocas cosas pueden resultar tan perturbadoras como la supuesta inocencia de un niño, tortuosa en realidad; y ese es precisamente el gesto con que Marisol Cavia tiende la mano desde sus obras hacia quien las contempla: amparada en la superficie lustrosa y coloreada de unos moldes de cerámica o en unos materiales audaces o en unos zapatos exultantes de fastuosa fantasía, se alberga una alusión a una intimidad celosamente protegida pero al tiempo deseosa de exhibirse para descargarse de pesar, del aliento lacerante del recuerdo. En la obra de Marisol el amargor hay que buscarlo, hay que morder la pieza o la instalación como una fruta, para llegar al centro y saborear su arduo corazón. Es entonces cuando la sonrisa inicial provocada por el juego se congela, se contrae, y uno se adentra de verdad en lo más conmovedor de la propuesta artística.
Sianoja 2013.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España