Descripción de la Exposición
Tanto el nombre de la muestra, El retorno de un ángel, como los títulos de las obras, que presenta en la Sala de Arte Las Condes, aparecen como parte integrante del proyecto que trae de vuelta a Gonzalo Ilabaca, uno de los pintores más reconocidos de la escena local. Es que para Ilabaca la palabra es fundamental y en su obra se funde con el imaginario poético que despliega desde los años 80.
Nacido en Concepción en 1959, Gonzalo Ilabaca es pintor autodidacta. Aferrado al pincel se ha mantenido ajeno a la Academia y a las Vanguardias. Ha buscado en el viaje inspiración para sus cuadros: Chile, India, Indonesia, Nepal, Tailandia, México y Guatemala han sido parte de su recorrido. Así, paisajes urbanos y retratos de personajes aparecen en sus telas cargados de una atmósfera legendaria y poética, donde lo vivencial predomina sobre toda teoría estética.
Declarado Ciudadano Ilustre de Valparaíso, donde vive desde hace décadas, ha participado en exposiciones colectivas en Chile, Perú, Ecuador, México, Canadá, España, Inglaterra, India y Japón. Hoy la representación de la figura humana sigue siendo el hilo conductor de su trabajo, sin embargo, sus personajes que alguna vez fueron reconocibles transeúntes del puerto, hoy se vuelven etéreos, anónimos, como habitantes de un mundo despegado de lo terrenal, donde el común de los mortales no llega.
Sensuales y mágicas, las obras están plagadas de gestos y signos que nos permiten reconocer el mundo de los personajes retratados que, construidos con una paleta cálida, luminosa y sensorial, cuentan su historia de exóticos orígenes. La exposición en que el autor rinde homenaje al mito de los ángeles, se exhibe en un espacio que potencia su contenido, con todos los muros perimetrales transparentes, como en un cielo infinito e ingrávido.
“Dicen que una golondrina no hace verano”, señala el autor. “El retorno de un solo ángel tampoco nos devolverá al paraíso. Cuando se separaron los amantes, perdimos el paraíso, porque los amantes son nuestra patria de origen. Un tercio de los ángeles se perdió en ese cataclismo invisible. A partir de ahí se originó el mundo tridimensional, tal como lo conocemos, y todo el mundo que vemos sucedió para que se vuelvan a encontrar los amantes. El ángel -el andrógino- representa el último testigo de ese dolor original”.
Y agrega:
“Todo es Eros, o mejor dicho, Eros es la energía que mueve al mundo. Esto ahora lo sé pero antes no lo sabía. Antes, a los 30 años, creía que el dinero era la energía que movía al mundo (tal como cantaba Liza Minnelli en la película “Cabaret”) y a los 20 pensaba que era Cristo el que movía el mundo. A los 10 pensaba que era Pelé y a los 5 creía que era mi mamá la que movía el mundo. Ahora todo lo que sé es que un día se encontrarán los amantes”.
Para Ilabaca, en los íconos bizantinos el ángel fecunda a María por el oído. El ángel -el andrógino- toma el laurel de la veneración y no la espada de sangre. Ellos pintaron para que el mito de los amantes no se perdiera.
“Por eso es que quiero volver por un segundo al oro de los bizantinos, buscar ahí en el andrógino alado su huella en las marismas. Sólo en las marismas podríamos nosotros dejar nuestras huellas. Mi idea es llegar por ahí a la patria de los amantes que en realidad es una península. Después de los bizantinos, los ángeles dejaron de ser ángeles, se desvanecieron, se descristalizaron y nosotros perdimos la única señal que teníamos a nuestra patria de origen. A veces un ángel retorna a nuestro mundo contemporáneo, nos mira y nos mira hasta que vuelve a desaparecer sin decirnos nada”.
Exposición. 09 ene de 2025 - 22 feb de 2025 / Galería Freijo / Madrid, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España
