Descripción de la Exposición Hace pocos años que conocí a José Víctor Villalba y me sorprendió, entonces, su madurez creativa en contraste con su juventud cronológica. Hoy, después de visitar su estudio, sigo con la misma perplejidad y agradable sorpresa. Ha estado todo un año en Florencia y ha venido de allí cargado de enseñanzas y de reflexiones que quedarán perennes para siempre en su creación, de forma externa o subconsciente pero nunca se olvidan del todo las experiencias vitales como la de pisar una ciudad construida desde que la Toscana era Etruria. Recuerdo Firenze hace 30 años, bajo la descomunal cúpula de Filippo Brunelleschi, aplastando con su renacentista arquitectura los últimos momentos del gótico de la ciudad de Santa Maria dei Fiore. Recuerdo calles estrechas que desembocaban en anchas plazas junto a bellísimos edificios donde la Naturaleza había sido desterrada por la arquitectura construida por unas élites que compitieron por el poder y la demostración monumental de su fuerza en la ciudad. José Víctor anduvo durante casi un año por esas calles, entre un gentío que arrastraba las personas y el sosiego que un artista necesita para crear; huyó de ellas y salió a las cercanías de la ciudad. Allí encontró también Arquitectura pero viviendo en simbiosis con la Naturaleza, allí encontró el silencio que los dioses necesitaron para crear el Universo, allí encontró la inspiración para las acuarelas, acrílicos y grabados que hurtaron trozos de paisaje a una Italia que dormitaba descuidada. El artista ha deambulado hasta hace poco por una genial etapa impresionista, que no ha abandonado del todo (afortunadamente) como puede observarse en su obra "V" (uve) que el espectador puede visitar entre las obras finalistas en el "V Certamen Internacional de Pintura Toledo Puche" que en estas mismas fechas se expone en el ciezano museo de Siyâsa. Obligada es la visita a esta obra para comprender las actitudes de un artista ante su nueva etapa creativa. En la citada etapa, la figura humana y los trabajos agrícolas (él se considera un "campesino") eran los protagonistas bajo la luz mediterránea reflejada en la naturaleza domesticada de los cultivos. Ahora, tras su estancia en Italia cierto clasicismo impera en su trabajo, pero la luz cegadora y vibrante de nuestras latitudes no ha desaparecido en él y se filtra continuamente, entre las capas de pigmento con las que crea sus paisajes, dentro de sus cuadros. Sus acuarelas demuestran, entre otras cosas, la cercanía de nuestros comunes amigos Semitiel Segura y Pedro Cano, aprecio que compartimos junto a la afición de "trabajar por capas", cada uno en el ámbito de nuestro oficio. Hace pocos meses que regresó a Cieza con su botín y ahora, en la Galería Salzillo, lo comparte con sus amigos y todos los que quieran disfrutar de él. "El regreso" ha llamado a este trabajo cuyo título suena a nostalgia y, a la vez, "a punto y seguido" de una historia hasta ahora inacabada y todavía por escribir en forma de estupendos futuros capítulos. Muchos caminos quedan a Josevi por andar, muchas miradas retrospectivas y muchos saltos hacia delante que dar, pero yo me permito decirle que su calzada es firme y que le llevará hacia una ciudad eterna donde unos objetos, unos paisajes, unas arquitecturas y unos personajes esperan a ser capturados entre las cuatro paredes de sus lienzos.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España