Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Con esta entrega, se cumple la tercera edición de El Puente de la Visión desde su decidida mejora e internacionalización. En 2005 el Museo de Bellas Artes de Santander propuso a la Obra Social de Caja Cantabria coproducir anualmente el presente formato, en pos de un proyecto de arte contemporáneo cosmopolita e integrador. Así nació esta nueva época de El Puente de la Visión, que pasó ante todo por la búsqueda y encuentro de mejoras del proyecto. Hasta aquí, todo ha ido bien, ya que, entre otras muchas cosas, Caja Cantabria siempre ha apoyado todas las propuestas que el Museo de Bellas Artes de Santander le ha ido trasladando, tanto en la selección de artistas –hay un caso que posee otro recorrido-, como en el contenido de las distintas exposiciones individuales que se han ido elaborando, posición que aprovecho para agradecer sinceramente, ya que todo han sido y son facilidades por parte de Caja Cantabria para lograr que cada proyecto –complejo siempre por su multiplicidad y versatilidad cuajen con sentido.
El Puente de la Visión 2007 es un proyecto de arte contemporáneo internacional, dirigido por el Museo de Bellas Artes de Santander (Ayuntamiento de Santander) y coproducido por ésta institución y Caja Cantabria, proyecto comisariado por Salvador Carretero Rebés y Juan Muñíz Castro. Se trata de nueve exposiciones individuales de artistas españoles y extranjeros que se muestran en los cuatro espacios expositivos de ambas instituciones, sitos entre Santander (Museo de Bellas Artes de Santander, Mercado del Este/sala A, Caja Cantabria calle Tantín) y Santillana del Mar (Palacio Caja Cantabria). La presente edición cuenta con el concurso de nueve artistas nacionales e internacionales: Ángeles Agrela, Vicente Blanco, Rufo Criado, Juan Erlich, Pierre Gonnord, Juan Navarro Baldeweg, Mario Rey, Jorge Rojo y Baltazar Torres.
Efectivamente, no olvidemos que uno de los aspectos básicos y esenciales del mismo desde sus inicios, desde su nacimiento en el año de 1996, había sido precisamente el de la multiplicidad en varios de sus aspectos, muy alejado del de la colectividad. Ante la nueva edición de 2005, y como se recordará, esa multiplicidad se concentró en la selección de diez artistas muy diferentes, abriendo el abanico hacia el panorama del resto país y, a su vez, llegando a la plena internacionalización del mismo. Es decir, se dio un salto cualitativo y cuantitativo ciertamente revelador, arribando a un punto de cosmopolitismo que, en cualquier caso, parecía ya obligado.
Se trabajó decididamente hacia la integración, siempre proporcional, de los artistas seleccionados, sin, evidentemente, obviar el talento de la región, con relativas dosis de cierta transversalidad generacional. Ese carácter integrador de talentos regionales, españoles en general e internacionales, es el que se persiguió y se presentó y ciertamente ha sido positivo y fructífero.
Normalmente, hemos ido trabajando con una idea de referencia no esencial, no obligada. La primera fue la de soporte pictoralista ; la de 2006, se centró en la mujer. Los diez artistas seleccionados de 2005 entonces mantuvieron su unidad en la multiplicidad, como también lo fue el múltiple proyecto de 2006, en el que participaron nueve artistas. La unidad y personalidad propia llevó consigo que cada uno de ellos tuviera su propio espacio expositivo, sin mezcla con ningún otro artista. Entonces y hoy, se contó con cuatro espacios expositivos distintos, lo que hizo que la multiplicidad se hiciera más patente, erigiéndose en exposiciones individuales. De los cuatro espacios, dos pertenecieron al Ayuntamiento de Santander (Museo de Bellas Artes y la sala A del Mercado del Este) y los otros dos a Caja Cantabria (Obra Social sito en la calle Tantín en Santander y el Palacio de Santillana del Mar).
También recordamos que esa multiplicidad también quedó y queda observada en el tratamiento crítico de cada artista. Se contó y cuenta con el trabajo de críticos de arte y comisarios independientes conocidos y con una experiencia ya de sobra contrastada, de trayectoria amplia, de un lado; junto al trabajo de otros críticos y comisarios que irrumpen en escena de forma reciente. Esto fue y es otra fórmula de apoyo a nuevas generaciones, no solamente artísticas, sino también críticas, técnicas y profesionales. Todos ellos han sido en general los nuevos ingredientes de esta nueva época.
En la edición de El Puente de la Visión 2005 se seleccionaron diez artistas: la holandesa Irene van Mheen, el francés Stephen Dean el guatemalteco Luis González Palma, así como los españoles Cristina Lucas, Juan Carlos Robles, Naia del Castillo, junto con los cántabros Mabel Arce, Berta Jayo, Manu Aguirre y el más veterano Esteban de la Foz, en sentido y pensado homenaje de acuerdo a su siempre inteligente compromiso y frescura. Le volvemos a recordar ante su reciente desaparición acaecida tristemente en este mismo año.
Con la nueva edición de El Puente de la Visión 2006, se mantuvieron los parámetros antes reseñados, con algunas pequeñas mejoras, teniendo a la mujer como tema más o menos común: la no posibilidad de producción de obra, impide todavía otras planteamientos más ambiciosos. La selección cántabra recayó en Concha García y Gorka Mohamed; los demás españoles fueron Nuria Canal, Paloma Navares, Juan Carlos Bracho y Mateo Maté; y los extranjeros, la japonesa Kaoru Katayama, la portuguesa Catarina Campino y la sueca Miriam Bäckström. Se trató nuevamente de nueve exposiciones individuales en un proyecto común y único.
Llegamos a esta edición de 2007, con el color como asunto que en general engarza las nueve propuestas que se formulan, siempre desde un poderoso y serio compromiso personal. En el Palacio de Caja Cantabria de Santillana del Mar planteo la obra de dos cántabros y un argentino. Entre los primeros, está Mario Rey, que ya posee una interesante trayectoria, inquieta y versátil; he optado por su inclusión, a sabiendas de que este preciso año es clave en él, en quien se funde la seguridad e intuición; me interesa su lectura urbana y arquitectónica ejercida a base de lañas, aunque esté desarrollada en espacios interiores. El otro es Jorge Rojo, donde juego y versatilidad se engarza de otra forma, como una tela de araña que posee unidad, intervención que está dotada de una evidente rotundidad cromática, no exenta de una curiosa intimidad, presuntos opuestos que se derrumban con intención; como dato de pensado anacronismo, hemos optado por exponer una conocida obra suya en el Mercado del este (sala A) que ya había sido mostrada en ArteEsles. Y el argentino Juan Erlich, del que hemos seleccionado una serie compacta, a través de la cual aflora la crítica reflexión, comprometida, diáfana a través de su particular universo, nítido bestiario.
La obra de Juan Navarro Baldeweg se expone en el espacio de Caja Cantabria en la calle Tantín y a solicitud de esta entidad, como caso al que antes me he referido, de acuerdo al centenario de la Obra Social. Como quiera que le habíamos dedicado una gran exposición en el Museo de Bellas Artes de Santander hace muy poco tiempo, creímos oportuno plantear a la entidad la oportunidad de mostrar las distintas obras que las diversas entidades regionales han ido incorporando a sus colecciones en los últimos tiempos. De esta forma, junto a la más clásica y magnífica obra de la Cámara de Comercio –la primera que arriba a la región de forma pública-, se exhiben lienzos que pertenecen a la propia Caja Cantabria, al Parlamento de Cantabria, a la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria y al Museo de Bellas Artes de Santander, junto con otras dos o tres obras que emanan de colecciones particulares. Alguna de ellas nos satisface especialmente, por cuanto en su día las propusimos para que fueran adquiridas por las correspondientes instituciones que las poseen, como son Los vencejos y la formidable Las manos. En cualquier caso, es una verdadera alegría, justo es, que todas las instituciones cuenten ya con una importante pintura de tan emblemático, transversal y humanista artista, lo que hasta hace bien poco era casi una ilusión.
En la sala A del Mercado del Este, se expone la obra de cuatro artistas bien diferentes correspondiente a los españoles Ángeles Agrela, Vicente Blanco y Rufo Criado, y al portugués Baltazar Torres. De Agrela hemos optado por traer su otra realidad, donde la ironía y parodia se encuentran con las verdades y mentiras de otras realidades y ficciones. Precisamente en ese territorio donde se confunden la ficción y la realidad se mueve Blanco, intrincado en la experiencia y el deseo sin fin desde elementos de animación y cómic. Desde otro juego cromático, se nos presenta el evanescente paisajismo de Criado, donde coherencia y seriedad en su territorio de misterio con duende, es ejemplo de continuidad y reflexión. Por fin Baltazar Torres, por el que no escondo un especial acercamiento por su entrega y compromiso; en el proyecto que se presenta, exclusivo para el momento, deja patente su decidida denuncia por la sinrazón urbana y urbanística, instalación que nos transmite las críticas reflexiones acerca del hombre en su estúpido empecinamiento hacia su autodestrucción.
Y es precisamente el ser humano, nuevamente, el que protagoniza otra vez el espacio expositivo del Museo de Bellas Artes de Santander, esta vez desde la obra fotográfica del francés Pierre Gonnord. Con este poderoso y directo cara a cara, se quiere sugerir, de alguna forma, que a pesar de todo, a pesar de la actuación del hombre, se puede lograr nuevamente otro encuentro, otra realidad, desde la autenticidad y sinceridad.
Cromática diversa, con un patente y decidido compromiso, es lo que prácticamente se aúna en esta edición de El Puente de la Visión 2007, desde una singular diversificación, a través de estas nueve exposiciones individuales. El agradecimiento es múltiple, como el propio proyecto: a la perpetua colaboración tanto de los artistas como de sus distintas galerías; a la confianza siempre otorgada tanto por Caja Cantabria como por la ya habitual de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santander; a todos los equipos de trabajo de las distintas instituciones, especialmente del propio Museo de Bellas Artes de Santander. Todo ello hace que El Puente de la Visión constituya ya un proyecto anual de arte contemporáneo, nacional e internacional, de referencia de y en la región, consolidado de acuerdo a su continuidad, y con la idea de su futura mejora, como no puede ser de otra forma.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España