Descripción de la Exposición El filósofo Michel Serres, fecundo en referencias de procedencia marinera, tituló así una parte de sus estudios a la búsqueda del 'camino de paso' que le permitiese alcanzar la mathesis universalis o método para todas las ciencias. Sin desfallecer en el intento. ¡Cuántos acabamientos de la pintura se han reseñado! Tantas 'muertes' no parecen ser sino un recurrido soniquete. Quizá sí requiere hoy el género un esfuerzo mayor cuando nos hallamos en el universo de la imagen y cuando se publicita un arte fast food. Pero el agotamiento general de la técnica parece ser un lugar común desde finales de los sesenta. Eran necesarias las exigencias de renovación ante una figuración periclitada y, en cuanto puro formalismo, una abstracción languideciente. El conceptual y el mínimal se presentaron como último latido vanguardista y, tras ellos, una reiteración libre de prejuicios. Pintura aplicada y 'expandida', post-minimalismo y abstracción post-pictórica, pintura sin soporte o sin pintura, como piel o como sustancia... bajo múltiples caracterizaciones hay quienes asumen los problemas de legitimación y se cuestionan la exigencia de renovación conceptual. Al igual que el empeño de múltiples navegantes a lo largo de la historia por dar con la vía de paso en el Océano Ártico que permitiera bordear Norteamérica: el paso del Noroeste. Sorteando mareas, tiempos heladores y banquisas. En estos tiempos de emergencia para la cultura, intentan hallar su camino de paso tres orientaciones o modos de autorreferencialidad post-minimalista de la pintura. Las estructuras primarias de Ferran Gisbert (Alcoy, 1982) remiten a las reglas del mejor minimalismo y, de modo especial, a nombres como Morris Louis y Bernard Frize en su compulsión repetitiva. En ellas combina una apariencia Op art con la interacción del color explicitada por Josef Albers. Es destacable también la vibración del color heredera de Yturralde. Donde quiebra las líneas o donde estas abandonan su geometría, ofrece un segundo enfoque para la visión sobre el mismo plano. Logra atemperar un grado la frialdad minimal cuando la recta llega a desvanecerse y es apuntado el desprendimiento de la materialidad pictórica en los extremos. Irene Grau (Valencia, 1986) daba al retrato un tratamiento entre la imagen fotográfica y la pintura, como interrogación sobre la memoria y el paso del tiempo y el efecto transformador de ambos. Un accidente con el soporte informático en el proceso de trabajo puso ante sus ojos la fragmentación y desarticulación de la imagen e insinuó las nuevas líneas creativas. Líneas que tomarán como motivo y objeto de recreación la 'materialidad' esencial de la imagen tecnológica a distintas escalas. Al lado de esta remembranza de la imagen que pudo ser y el píxel como componente primario, las piezas de PVC tintado proponen un oportuno trabajo pictórico sin pintura a partir de la luz y el color. Por su parte, en las obras de Rafa Morata (Xàtiva, 1983) hay reminiscencias materiales de nombres como Robert Ryman o Larry Bell. Y con sus formatos problematiza cuestiones principales del hacer pictórico: materia/soporte, fondo/figura, lo liso y lo rugoso, lo amplio y lo fragmentado... Puede ser encuadrado en la exploración de las condiciones de posibilidad y supervivencia del género propia de la tradición post-pictórica. Eso sí, sin alcanzar plenamente sus extremos: no es 'pintura expandida' más allá de los límites del cuadro; como no sería 'pintura sin pintura', dada su utilización contenida del pigmento.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
