Descripción de la Exposición
Esta exposición puede verse como un prolongado viaje que vincula las tierras bajas del Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda, con la reservada sensualidad del jardín árabe del Generalife. Si el viaje cambia al viajero, las obras de Carmen Laffón, al medirse con los diversos temples del río y los ritmos del jardín, diseñan un segundo camino a través del propio paisaje: paisaje de la vitalidad de las márgenes del río en Bonanza, de la mirada que espera y espía el vigor de la luz sobre el Coto desde Sanlúcar, de la inminencia del mar, en La Jara, para desde ahí, seguir los pasos del caminante que no rehúsa los encuentros inesperados que dispensan aguas y frondas en el Generalife. Aún cabe señalar otro trayecto, modelado por la misma pintura: silenciosa exactitud del trazo en el jardín, materia llena de vigor en Bonanza, arquitectura del color en el Coto, serena sucesión de formas paralelas en La Jara.
El viaje exige un lugar de retiro y Laffón lo encuentra junto al río, en los cielos que se alzan sobre su estudio de La Jara y que apuntan al incesante ir y venir de la naturaleza, y también en los espacios recogidos que muestran los dibujos del Generalife: oponen al esplendor del cielo la generosa fertilidad de la tierra.
El lugar crece con quien lo habita. Laffón lo ve formarse en los objetos que condensan ese esfuerzo, sea intelectual o físico: en los textos e imágenes que permiten rastrear el mundo poético del autor del Quijote, en los materiales y herramientas que jalonan el día a día de un taller metalúrgico o en el modesto utillaje que sostiene la milenaria cultura de la cal. (Juan Bosco Díaz, comisario de la exposición)