Descripción de la Formación
En el año 2005 la profesora Svetlana Alpers reflexionaba sobre algo en lo cual solemos detenernos con poca frecuencia, a pesar de ser la esencia misma de todo acontecimiento artísticos: las obras tienen una vida extendida que se define y redefine con el paso de los años, a través de las capas conformadas por las sucesivas miradas cuando se depositan sobre ellas.
Son los diferentes relatos acumulados –y cancelados- en el propio museo -clásico también- que se convierte en un lugar de conformación de significados donde se revisa todo aquello que se daba por hecho: desde el modo de “leer” un obra hasta la manera de presentarla o las relaciones que se pueden crear en las infinitas conversaciones que a lo largo el tiempo surgen en las salas de las instituciones. La teoría impregna la curaduría igual que la curaduría impregna la teoría, en una retroalimentación infinita.
¿Qué papel ha adquirido ahora el museo? ¿Cómo ha cambiado? ¿De qué manera ha afectado a “los actores de la escena” –crítica, artistas, espectadores, coleccionistas…? ¿Son los museos de arte contemporáneo tan diferentes de los que custodian al los maestros clásicos? ¿Se ha convertido el museo en un lugar turístico? ¿Cómo afecta eso a las obras?
Partiendo de algunas de estas ideas el presente curso tratará de abordar los cambios que han ido surgiendo en la historia y la teoría del arte en los últimos cincuenta años y el modo en el cual ha ido cambiando la idiosincrasia misma de los museos. Se tratará de ofrecer una visión de las nuevas narrativas que se van conformando alrededor de las obras –clásicas también- y su diálogo siempre abierto a nuevas formas de narrar y mirar. La idea final será analizar la importancia que la labor curatorial de los museos tiene en las nuevas formas de percibir la obra de arte y las narraciones que genera, teniendo en todo momento muy presente el objeto artístico como territorio de partida.