Descripción de la Exposición Los museos nunca están hechos del todo... Esta exposición es una buena prueba de ello, pues reúne las obras de arte adquiridas por el Estado español entre 2005 y 2010 destinadas a enriquecer la colección del Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Son esculturas, relieves, óleos, muebles, dibujos y carteles muy diferentes entre sí, que proceden de siglos y de lugares alejados, están realizadas con materias y técnicas distintas y cuentan historias plurales. Antes de encontrar refugio en estas salas, han recorrido una azarosa, y en buena parte ignorada, travesía de varios siglos para encontrar acogida finalmente en el Museo, como restos de un naufragio en el que muchas de sus compañeras se han perdido. Una urna rococó con motivos chinescos, el busto de un coleccionista ilustrado, un ángel de alabastro perteneciente a un sepulcro renacentista, un cartel art déco, una escena de mitología profana, un ecce homo barroco, un delicado dibujo sobre la Creación del mundo, una pequeña escena realizada en cera... La simple enumeración confirma su variedad. La talla virtuosamente acabada convive con el esbozo de taller, el anuncio turístico con la pintura de altar, la blandura de la cera con la dureza del alabastro, el desnudo pagano con la escena de Calvario. Algunas salieron de la mano de conocidos maestros; otras fueron realizadas por un activo elenco de 'actores secundarios', de artistas anónimos o seguidores de talento modesto que iluminan períodos artísticos, procesos creativos, fórmulas narrativas o contextos culturales. Cada una de ellas, a su modo, es decisiva para la vitalidad de la colección. Han sido meditadamente seleccionadas para afirmar su categoría como el primer museo de escultura española de la Edad Moderna: incorporan obras portuguesas, catalanas o andaluzas; fortalecen sus conexiones europeas con Nápoles, Flandes o Borgoña; rescatan para el patrimonio español piezas perdidas; reconstruyen conjuntos hasta ahora desmembrados; informan sobre las fuentes de inspiración de los artistas o de fenómenos como el coleccionismo de las élites, la devoción popular o la difusión internacional de nuestro patrimonio. A medida que, en estos años, llegaron al Museo se fueron sometiendo al tratamiento curativo del restaurador y al orden y la disciplina del historiador, que, a base de estudio, ha puesto en acción un metódico interrogatorio de la «recién llegada», para recuperarla físicamente y darle nombre, descifrar su vida anterior, atribuirle una familia, asignarle un puesto en las clasificaciones estilísticas y esclarecer las circunstancias y fines con que fue ejecutada. De ser un enigma pasa, nunca del todo, a integrarse en un marco narrativo y hacerse hueco en la Historia del Arte. Dispuestas en las salas del Palacio de Villena sin un orden prefijado -para poner de manifiesto la complejidad y coexistencia de realidades artísticas del pasado-, brindan al visitante un placer valioso, que le exige una mirada atenta y abierta, sin prejuicios, dispuesto a dejarse sorprender por estos «murmullos» de la historia. Unas se han quedado detenidas en el tiempo como documentos raros y originales de una sensibilidad irrecuperable para el presente, pero que nos hace reflexionar sobre la historia del gusto y sobre las necesidades culturales de cada momento; otras nos sorprenden con una frescura y un vigor plenamente actuales. Con todas ellas aprendemos que el Arte siempre tiene algo nuevo que revelarnos; que una colección está siempre por reescribirse.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España