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La exposición comienza su recorrido con una simbólica representación del 'Betlem de Tirisiti' de Alcoi. Este belén pertenece a la antigua tradición de teatros religiosos típicos de Europa, continente donde todavía hoy se conservan algunos ejemplos como el 'sopzka' de Polonia; el 'batelyka' de Ucrania o el 'vertep' en Bielorrusia.

En la segunda mitad del Siglo XIX acudían a Alcoi en la época navideña al menos tres familias de titiriteros que representaban belenes. Esta 'competencia comercial' hizo que los titiriteros, con el propósito de captar público, incorporaran al belén puramente religioso, escenas críticas con la ... realidad cotidiana y personajes populares entroncándose así con la antigua tradición titiritera.

También se exponen los 'Bonecos de Santo Aleixo' del Alentejo portugués. El cajón con los muñecos y los textos originales, que eran transmitidos por vía oral, llegaron a las manos de Manuel Jaleca a través de su mujer, que los recibió directamente de sus antepasados. Manuel Jaleca, que mantuvo el espectáculo durante algunas décadas, conoció en ese tiempo a Antinio Talhinhas, campesino dotado de una gran capacidad de improvisación y cantante, quien imprimió un gran dinamismo a la compañía.

A continuación llegamos a finales del siglo XIX con los 'Títeres de la Tía Norica' de Cádiz, compañía que continúa manteniendo viva esta herencia cultural. Las raíces de la Tía Norica se hunden a mediados del XVIII, momento en el que en Cádiz, la afición teatral y el desarrollo del arte de la carpintería, propiciaron el desarrollo de las representaciones con títeres. En 1815, el artista Pedro Montenegro (1778-1857) abrió un teatro en la calle Compañía para su Belén de figuras de movimiento, que tenía la particularidad de concluir con un sainete protagonizado por personajes que reflejaban tipos populares de la ciudad.

Tras esta visión de los títeres españoles y portugueses hasta el siglo XX hay que destacar la presencia de los títeres del Centre de Documentació i Museu de les Arts Escèniques del Institut del Teatre de Barcelona, que cuenta con un importante legado de títeres del que se exponen las creaciones de Juli Pi, Anglés i Guzman, Anglés i Villaplana, Vergé, Didó, Tozer, Ingeborg y Josep Guinovart.

Otra fuente importante para esta exposición ha sido la colección privada de Gonzalo Cañas, un hombre de teatro, que en los años sesenta descubrió su vocación titiritera a la que se entregó en cuerpo y alma, y que nos permite mostrar un variado conjunto de títeres de diversas técnicas que van desde los años sesenta hasta finales del siglo pasado.

A partir de aquí, la exposición presenta una amplia representación de los títeres construidos en los últimos años, que en su mayoría siguen siendo usados por algunos de los titiriteros más importantes del momento. Encontraremos títeres construidos a partir de objetos de uso cotidiano como son los guerreros de la Compañía Artello o los caballeros de la Compañía El Retablo, los animales de la compañía La Canica o los estilizados Don Quijote y Sancho Panza del Centre de Titelles de Lleida, en los que los artistas provocan el imaginario del espectador. Otros están construidos a partir de pinturas y escultura contemporáneas expuestas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y utilizados por la compañía Teatro de la Luna en diferentes talleres pedagógicos o, también, algunos títeres de obras emblemáticas montadas por los Titiriteros de Binéfar.

El itinerario por los títeres contemporáneos españoles continúa con la expresividad de los títeres de la catalana Marionas Masgrau, que inició su carrera en los años setenta creando junto a Eugenio Navarro y Toni Rumbau la compañía La Fanfarra y que a finales de los noventa continúo en solitario dando rienda suelta a sus sentimientos feministas.

El recorrido finaliza con una representación de varias obras de la compañía La Claca, fundada y dirigida por Joan Baixas que en los últimos años setenta y comienzos de los ochenta realizó en complicidad con grandes pintores de aquellos tiempos. Con Joan Miró crearon 'Mori el Merma' una versión de Ubú rey surrealista, salvaje y caótica, donde se presentaban con rabia, con humor grotesco y escatológico, las consecuencias de dictaduras despóticas y crueles.