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El medio es el museo

Exposición / MARCO - Museo de Arte Contemporánea de Vigo / Príncipe, 54 / Vigo, Pontevedra, España
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Cuándo:
20 jun de 2008 - 28 sep de 2008

Comisariada por:
Pablo Fanego, Pedro de Llano Neira

Organizada por:
MARCO - Museo de Arte Contemporánea de Vigo

       


Descripción de la Exposición

Artistas: Lara Almarcegui, Monica Bonvicini, Arabella Campbell, Maria Eichhorn, Annika Eriksson, Mario García Torres, Felix Gonzalez-Torres, Ceal Floyer, Andrea Fraser, Luca Frei, Jeppe Hein, Louise Lawler, Maider López, Loreto Martínez Troncoso, Roman Ondák, Sergio Prego, Karin Sander, Tino Sehgal, Sancho Silva, Thomas Struth. Comisarios: Pablo Fanego y Pedro de Llano.

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Un proyecto expositivo compuesto de diferentes tipos de trabajos que abordan el museo o la institución como soporte de las obras de arte. Tratando de entender y relacionar procesos complementarios que se observan desde los años noventa, como el resurgimiento de las prácticas performativas y contextuales, junto al auge de la arquitectura de museos, o el optimismo del mercado del arte frente el malestar de ‘lo público’, la intención de los comisarios es reflexionar sobre el museo entendido como medio y material, pero también como un sistema de convenciones establecidas históricamente en un lenguaje concreto, con el objetivo de mostrar cómo las acciones formales e ideológicas de los artistas en el mismo interpretan y cuestionan las nuevas condiciones dando lugar a importantes transformaciones.

La exposición se concibe necesariamente a partir de un número de obras específicas realizadas para cada una de las sedes —el MARCO de Vigo y el Koldo Mitxelena de San Sebastián— y una serie de piezas comunes adaptadas a los espacios de ambos museos. En cada lugar y momento, el espacio arquitectónico, el contexto o el funcionamiento cotidiano de la institución, actúan como los elementos significativos del contenido de la exposición. Es decir, se ha desnudado al máximo el museo, de manera que es éste, como ‘soporte’, lo que se exhibe: el espacio resulta así dimensionado, especificado, interpretado y performado en su totalidad a través de las acciones de los artistas y de la participación del público.

“¿Cuál es la función del museo en la cultura contemporánea? Hasta hace poco tiempo, la definición del museo estaba claramente delimitada. Basta con remontarse a los estatutos del Consejo Internacional de Museos de 1974, donde son descritos como ‘instituciones permanentes, sin finalidad lucrativa, al servicio de la sociedad y su desarrollo, que adquieren, conservan, investigan y exhiben testimonios materiales del hombre y su entorno para la educación del público que lo visita’.

Sin embargo, las funciones del museo se han visto recientemente alteradas de forma drástica, hasta el punto de que a veces se habla de su ‘crisis’. En efecto, en el tránsito a la década de los noventa, e influidos por diversos factores como el progresivo afianzamiento de la economía de servicios o la espectacular introducción de las nuevas tecnologías, los museos, así como otro tipo de instituciones artísticas, han visto aumentar sus tareas. En la actualidad, además de coleccionar y exhibir obras de arte, tienen que ser lugares de encuentro, restaurantes, librerías y hasta pasarelas de moda. Los museos pueden servir además como recursos para el marketing de las ciudades a nivel global, para la construcción de una identidad nacional o para la especulación inmobiliaria.

Sin duda todos estos procesos indican que las funciones del museo van, hoy en día, mucho más allá de lo meramente artístico. Ya sea bajo criterios puramente económicos, o desde una vinculación más estrecha con la sociedad y con la historia, parece claro que han perdido su tradicional autonomía y se han convertido en instituciones centrales de las sociedades contemporáneas. Lejos de la interesada neutralidad que les atribuyó la historia del arte moderno, los museos son ahora herramientas estratégicas que dan lugar a pugnas inéditas para obtener su control. En este contexto, el museo se habría convertido en el edificio emblemático del siglo XXI, al igual que lo fueron las catedrales en la Edad Media. Se podría afirmar, incluso, que es la sede simbólica de la ‘industria cultural’ y un punto de referencia clave en el urbanismo contemporáneo. El museo Guggenheim de Bilbao, inaugurado en 1997, es con toda seguridad el paradigma de una tendencia que después han seguido otras instituciones como la Tate Modern de Londres o el MUSAC de León, por citar sólo algunos ejemplos próximos.

Como no podía ser de otra manera, los artistas han interpretado y reaccionado críticamente ante estos procesos, muchas veces anticipándose a ellos. Si el cuadro de caballete fue el objeto artístico por excelencia de la sociedad burguesa, y representaba sus valores individualistas a través de la unicidad, la abstracción y su capacidad para el intercambio en el mercado, en las actuales democracias capitalistas es la propia institución artística, en su conjunto, la que en muchas ocasiones reproduce —como soporte mismo de la obra de arte— valores alternativos designados por la participación de las audiencias, por la importancia de lo colectivo o por la influencia del contexto, dando lugar a obras que incorporan el espacio, tanto física como conceptualmente, como elemento esencial de su identidad. Quiere esto decir que la supuesta ‘crisis’ del museo no es sino la renovación de su dimensión representativa, al integrar en su funcionamiento los presupuestos y antagonismos básicos de la vida social contemporánea y mostrarse así como un ‘espacio público’ privilegiado, como un ámbito en continua transformación que, además de cumplir con su función de archivo, puede hacer de espejo del presente y de la comunidad que le da uso.

En estas circunstancias, la exposición EL MEDIO ES EL MUSEO está dedicada a explorar las diferentes formas a través de las cuales los artistas se han relacionado con las instituciones desde principios de los años noventa, un momento clave en su historia reciente. Tratando de investigar y confrontar procesos complementarios en el ámbito artístico y en la sociedad —como el resurgimiento de las prácticas performativas y contextuales herederas del arte conceptual y de la crítica institucional de los setenta, junto al auge de la arquitectura de museos, la mutación progresiva del espacio urbano, la consolidación de una economía ‘inmaterial’ o el optimismo del mercado frente el malestar de lo público— la intención de este proyecto es reflexionar sobre el museo entendido como medio y material, pero también como un sistema de convenciones históricamente establecidas en un lenguaje concreto, con el objetivo de mostrar cómo las acciones formales e ideológicas de los artistas en el mismo interpretan y cuestionan las nuevas condiciones dando lugar a importantes cambios.

Más allá del estrecho criterio numérico y de los ‘fines’ extra-artísticos a los que muchas veces se les reduce, lo que nos indica este tipo de trabajos especialmente atentos al marco en el que tienen lugar es que los museos pueden ser ‘medios’ que desborden el ámbito de lo artístico para abrirse a debates culturales e históricos mucho más amplios. En este sentido, podría decirse que los artistas ya no perciben el museo como un ‘enemigo’, como sucedía en ciertos momentos de las vanguardias, sino como un espacio singular que condensa y refleja los hábitos y modos de producción vigentes de manera simbólica, y desde el que es posible intervenir activamente para plantear visiones distintas de la sociedad. Visiones, por supuesto, que se inspiran en el pasado con el fin de comprender nuestro presente a través de la memoria. Se trataría, en otras palabras, del tránsito de una actitud de oposición a otra de dialéctica con el museo, en la que la crítica interna —o ‘deconstructiva’— es esencial para evitar tanto la falsa conciencia como el populismo. Es así, por tanto, como el museo deviene en medio. Un medio que, como sucedió históricamente con otros soportes, no deja de ser un instrumento contingente y con fecha de caducidad a través del que representar y cuestionar la realidad según las condiciones del presente”.

Pablo Fanego y Pedro de Llano

Comisarios de la exposición


Imágenes de la Exposición
Thomas Struth, Museo del Prado 2, Madrid, 2005

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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