Descripción de la Exposición
La temporada expositiva de este año en la Sala Robayera de Cudón culmina con una exposición individual de la pintora Gloria Pereda que se inaugura el sábado 1 de septiembre y permanecerá abierta al público por espacio de un mes, con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Miengo y la Consejería de Consejería de Cultura, Educación y Deporte del Gobierno de Cantabria.
“El lugar de las cosas” es el título de esta cita que reúne una selección de alrededor de una docena de obras que corresponden al periodo más reciente de la producción de la artista, en el que muestra espacios para habitar que representan la búsqueda de un recinto personal entre lo público y lo privado, adentro y afuera, que supone una reflexión sobre nuestra relación con el entorno, con los demás y con nosotros mismos.
La pintura de Gloria Pereda ha ido evolucionando de la figuración hacia tramas cada vez más abstractas; sin embargo, la referencia a lo humano, las relaciones, la comunicación, el tiempo y el espacio que ocupamos son una constante en todo su trabajo.
Cada composición está protagonizada por una estructura trazada dibujada al carbón que organiza el espacio y sugiere la forma de un andamio, una escalera o una torre, sobre un paisaje con el que establece un diálogo creando su propia realidad.
Susana Blas Brunel, en el texto que introduce el catálogo de la exposición, sostiene que la pintura de Gloria Pereda está construida desde la soledad y el tránsito espiritual, superponiendo dos planos: el primero es un fondo de entramados geométricos sin objetos, sin figuras, atemporal, pura materia y luz; mientras que en el segundo plano, a modo de capa superpuesta, surge la figura, trazada a partir de un gesto, con el material más volátil y liviano: el carbón negro.
De este modo, se establece un doble lenguaje entre el fondo abstracto y la forma que sugiere dos niveles de realidad, dos dimensiones diferentes que conviven generando dos polos de tensión poética y vital, tal como apunta Lidia Gil a propósito de la conversación mantenida con la pintora que se incluye en el catálogo.
La tensión entre fondo y forma, el juego de interacciones cromáticas, los elementos plásticos (materiales, texturas y calidades) y el propio acto de dibujar cumplen un papel esencial en el trabajo de Gloria Pereda. La aparente casualidad de las manchas, drippings, barridos y residuos de pigmento que organizan los fondos de sus composiciones guarda una estrecha correspondencia con las inusuales perspectivas que adoptan las estructuras que protagonizan sus composiciones, ya que no solo desmontan la racionalidad cartesiana de las tramas sobre las que se asientan, sino que cuestionan y problematizan con la bidimensionalidad del lienzo, como si la pintura aspirara a convertirse en objeto; en este caso, una arquitectura transparente que evoca lo inaccesible y lo precario del vivir, pero también representa la búsqueda de un espacio propio que nos invita a “mirar a través”.
En ocasiones, la artista incluye palabras que le sirven para nombrar aquello que vemos, introduciendo un componente tautológico de carácter conceptual, a la vez que señalan “pistas para entrar en esa habitación… para pensar, para sentir, para jugar”, según ha manifestado. Los propios objetos que dibuja al carbón interpelan al espectador planteando incógnitas y, por otro lado, nos remiten a los orígenes del arte.
Destacan las composiciones de gran formato que llevan por título “Arquitecturas provisionales (mar, tierra y cielo)”, en las que se aprecia la evolución de los fondos desde las cuadrículas y tramas cromáticas que sugerían manteles o barridos en forma de rayados cada vez más sutiles, hacia unos patrones que recuerdan los ornamentos en forma de estrellas, rombos o ajedrezados de fachadas y pavimentos en los que, lejos de perseguir la perfección, evidencia “las rugosidades de los pigmentos y el arrastre del pincel”.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, Gloria Pereda completa su formación en la Akademie der Bildenden Künste de Munich y participando en talleres impartidos por artistas como Juan Genovés, Juan Navarro Baldeweg o Daniel Canogar, entre otros nombres. Inicia su trayectoria expositiva con el Grupo Antozoo en el Centro Cultural Galileo de Madrid en 1992 y, de manera individual, desde 1995. Ha participado en proyectos internacionales en diferentes espacios artísticos de Alemania, Eslovenia, Italia, Argentina, México, Suiza, Estados Unidos, Polonia o Bélgica. Su última comparecencia en solitario tuvo lugar en la Galería Espiral de Noja en 2016 bajo el epígrafe “Lonely planets” y, recientemente, ha colaborado en proyectos colectivos como Arte Peatonal o 100 x 27 Mujeres Sinsombrero en la Biblioteca Central de Santander.
Con esta exposición centrada en la pintura se cierra la temporada expositiva de este año en la Sala Robayera, tras las muestras individuales de José Luis Vicario y Paloma Navares, así como la colectiva “Latitud Robayera”, realizada con una selección de fondos de la colección en las Casas del Águila y la Parra de Santillana del Mar para celebrar el treinta aniversario del proyecto impulsado por Juan Manuel Puente, pionero en la descentralización del arte en el medio rural en España y promotor de una colección integrada en la actualidad por más de ciento cincuenta obras firmadas por los representantes de algunos de los movimientos más notables de la escena artística del último medio siglo, que dibujan un caleidoscopio del arte español contemporáneo.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España