Descripción de la Exposición
La expansión imperial europea durante la Edad Moderna se basó en buena medida en la implantación de una economía esclavista global. Esta aberración empezó a ser cuestionada a partir de la Ilustración y la Declaración de los Derechos Humanos en el seno de las mismas potencias coloniales. Y el primer paso efectivo hacia la abolición tuvo lugar en 1834 en un remoto rincón del imperio británico: Isla Mauricio. Ese "gran experimento" ha inspirado el proyecto de Miguel Ángel García, comisariado por Isabel Durán, que se presentó en la Biblioteca Central de Cantabria (Santander) el pasado verano y ahora traemos ampliado al MNA.
Las obras que forman parte de este proyecto, mediante una poderosa poética visual, ponen de manifiesto las contradicciones que se podían producir entre la belleza de los paradisíacos paisajes isleños del Índico y el infernal trato infrahumano que unas personas podían llegar a infligir a otras. Miguel Ángel García también llama la atención sobre la lentitud a la que luego se desarrolló este proceso de abolición de la esclavitud pese a sus prometedores comienzos, pues el poderoso sistema colonial global se resistía a su desaparición. En algunos países, la derogación de las leyes de raigambre esclavista no se ha producido hasta hace poco, y en muchos aún siguen en vigor "de facto".
De hecho, desgraciadamente la esclavitud no ha desaparecido por completo y subsiste bajo nuevas formas, normalmente ilegales, pero en cualquier caso, toleradas. Las cifras y los ejemplos que finalmente recoge este proyecto nos interpelan y nos hablan de la magnitud del problema en pleno siglo XXI. Es duro comprobar que existen personas sin derechos ni libertad en prácticamente todos los países del mundo, y están más cerca de lo que creemos. Por ese motivo, la muestra se completa con otra exposición en la valla del museo, y en la que también ha colaborado Miguel Ángel García, que nos permite conocer, a través de una serie de testimonios seleccionados del más del centenar recogidos por Karibu, la tarea de esta asociación a la hora de ayudar a mujeres que han sido objeto de "trata" a escapar de esa forma de esclavitud moderna y rehacer su vida, además de conocer de primera mano la magnitud y las implicaciones de ese horrendo mercado de seres humanos.
Por último, el MNA no quiere desaprovechar la oportunidad para invitar a su público a embarcarse en un proceso de reconocimiento del papel de esos imperios coloniales, incluido el muchas veces "poco presente" papel de los esclavistas españoles o bajo bandera española, en el expolio de vidas africanas y el tráfico incesante de personas desde el siglo XVI al XIX entre las costas africanas y las americanas, para lo que ofrecerá un somero pero significativo informe elaborado para la ocasión, de disposición gratuita y titulado “Carabelas”, a quienes quieran conocer las dimensiones y las consecuencias de ese tráfico y organizará en febrero el mes de la esclavitud con actividades y performances que contribuirán a poner de relieve esa implicación histórica de las metrópolis occidentales en uno de los movimientos forzados de población más sistemáticos, masivos y duraderos en el tiempo.
Un homenaje a los que nunca existieron socialmente
En palabras de la comisaria e historiadora del arte, Isabel Durán:
“Si a una persona se la saca de su lugar y familia de origen, se la lleva a otra parte, se la convierte en mercancía para terminar siendo fuerza de trabajo, se le cambia el nombre, se le asigna un dueño… Si resiste, sabe que sus hijos serán propiedad de su
dueño y que probablemente se venderán a otros que ejerzan la misma forma extrema de dominación y poder de un ser humano sobre otro, serán personas esclavizadas. Sobre ellas la fuerza se convertirá en un derecho y la obediencia será su deber.
El siglo XIX fue el gran catalizador de la definitiva abolición del periodo más duro de esta parte de la historia. El Reino Unido, quizás por haber sido una de las potencias que más explotó la trata de esclavos, promulga la abolición de la esclavitud en las colonias en 1833, arrastrando poco a poco al resto de países europeos como Holanda, Francia, España o Portugal, estos dos últimos los
más rezagados.
En el marco de nuestra sociedad occidental seguimos viviendo esta paradoja. Convivimos con una esclavitud nada oculta, al tiempo que la denostamos y reprobamos abiertamente. Es difícil encontrar políticas determinadas y eficaces en un nivel global. Hay multitud de denuncias, las leyes la condenan decididamente, pero la esclavitud existe y no es marginal.
Miguel Ángel García, con valiente determinación, nos acerca a esta realidad a través de El Gran Experimento, un término que reproduce literalmente el que se empleó en la isla de Mauricio, dominio colonial de Gran Bretaña en 1834, como ensayo para terminar con la esclavitud.
Esta exposición es un homenaje a los que nunca existieron socialmente, un tributo a los que no existen ahora, y la expresión del deseo de que una herramienta tan poderosa como es el arte sea capaz de hacernos comprender cómo somos.”
Isabel Durán
Comisaria de la exposición
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España