El cuerpo de El fruto y lo leve, quedará formado por representaciones de diferentes series, como un conjunto de relieves llamados Frutos o los dibujos pertenecientes a Álbum verde, esta última en claro diálogo con formas surgidas de un imaginario jardín.

La intención de esta nueva selección es abrir una distancia entre cada una de las series y así instalar en los ojos del contemplador un singular llamado hacia lo inédito.

En cada nueva exposición de Corujeira se vuelve a poner de manifiesto el uso premeditado del espacio, en un intento por hacer presente la propia arquitectura de la sala y así, intentar establecer tensiones y coordenadas entre las obras expuestas, como también, buscar la complicidad necesaria del contemplador para iluminar esas posibles relaciones. Del mismo modo, los formatos pequeños escogidos, ... permiten desarrollar una visión íntima, propiciando que las estructuras de los dibujos se acerquen más a esa fusión de intuición y acierto.

Estas obras, en su mayoría de pequeño formato, han sido concebidas en el transcurso de los dos últimos años, como acompañamiento en el surgir de nuevos y constantes desarrollos de aquel mundo orgánico que ya se había manifestado en su última exposición en la Galería Marlborough (Lo que queda de la certeza y otros lugares, 2006). Por las cualidades propias del dibujo y los materiales utilizados sobre el papel y la madera, esos desarrollos, aquí se vuelven más patentes, mostrando de una forma más directa las transformaciones que se producen en un trabajo que respira y late sin interrupciones.