Descripción de la Exposición
Nieves Torralba (Hellín, 1964), lleva años desarrollando un trabajo personal que gira en torno al dibujo y sus posibilidades gráficas, expresivas y contextuales. De hecho, desde su exposición en el Centro Párraga en 2009, el diálogo franco, abierto, fecundo con el espacio se ha mantenido como una constante de su poética personal. [...]
La línea es el elemento fundamental de su dibujo que bien puede ser imagen y/o escritura. Como imagen, la naturaleza vegetal ha sido fuente de inspiración –los árboles, las plantas, las flores, en tanto que sutiles y poderosas metáforas decrecimiento, de evolución, de belleza. Como escritura, Nieves Torralba ha incorporado la caligrafía, no en balde es la escritura más próxima a determinados atributos de la imagen.
Más allá del territorio de lo visible, un elemento que ha vertebrado su trabajo, es el común denominador del cruce, de la mezcla, de la simbiosis, tanto a nivel de lenguaje escrito (las palabras van y vienen, variando y modificando sus significantes y significados) como de especies botánicas. Las grandes familias botánicas como mayas, jacintos, dolbandias, son originarias de Grecia, India, Mesopotamia. Hojas y, sobre todo, flores, han sido el punto de partida de unos dibujos cada unos dibujos cada vez más sintéticos, esenciales, abstractos.
El fruto de la nada es una doble referencia literaria (los textos del místico medieval conocido como maestro Eckhart) y estética (la concepción taoista de la vacuidad) que toma forma en una figura geométrica –el óvalo- y en un par de palabras, nada, vacío, conceptos expresados en español, japonés y alemán.
El negro del grafito y el blanco del papel se relacionan no solo visualmente sino también en otros planos de nuestro pensamiento y nuestra conciencia. La instalación en el stand se plantea mediante el desarrollo de tres partes diferenciadas pero estrechamente relacionadas.
En la parte central un gran óvalo dibujado directamente sobre el muro hace presente el resultado de un proceso (no solo gráfico) que materializa el hueco, el vacío. A diferencia de la frontalidad y el estatismo del círculo, el óvalo es una figura geométrica más inestable y dinámica que introduce un gradiente de profundidad que cuestiona la materialidad bidimensional del muro, y la perfección totalitaria del círculo.
En ambos laterales, se establece un diálogo entre dibujos únicos y sendos desarrollos de series que abundan en el juego de diferencia y repetición como fijación espacial de esa dimensión temporal inherente a los conceptos de crecimiento y de alternancia. En definitiva, se sugiere ese juego inagotable entre palabra e imagen, entre visible y legible.
Juan Bta. Peiró
Comisario
Exposición. 21 sep de 2018 - 15 nov de 2018 / Shiras Galería / Valencia, España
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España