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La muestra reúne obras de Nahuel Vecino, Vicente Grondona, Valentina Lienur, Jill Mulliady, Máximo Pedraza y Deborah Pruden, jóvenes artistas convocados por el Museo Sívori para que dialoguen con las obras de su Colección de Arte Argentino a partir de su condición de pintores volcados, precisamente, a la materialidad pictórica. Despojados como lo están de gramáticas compositivas y de formalismos académicos, la convocatoria constituye a mismo tiempo un desafío: rastrear las posibles operaciones poéticas fuera del sentido común, el cliché o lo ya dado, confiando en que todos ellos tienen algo esencial que revelar al desplegar o seleccionar afinidades con alguno de los artistas argentinos de otros tiempos.

Estos artistas trabajaron sobre obras patrimoniales de Fortunato Lacamera, Vicente Forte, Pedro Figari, Jose Luis Menghi, entre muchos ... otros.

En esta propuesta se pone en juego, además el concepto mismo del 'Museo Sívori', instalado en el imaginario colectivo como 'algo antiguo que conserva solidificando el pasado'. Gadamer señala que 'el auténtico enigma que el arte nos presenta es justamente la simultaneidad del presente y del pasado. Es propiamente humana la necesidad de unificar pasado y presente... la mirada rutilante de Mnemosine, la musa que conserva y retiene, es la que nos caracteriza'. Esta propuesta pretende activar nuevos sentidos; no dejar intacto lo antiguo, sino concebirlo y decirlo nuevamente.