Descripción de la Exposición
La muestra está compuesta por 54 obras entre dibujos, libros ilustrados con grabados originales, fotografías, cerámicas, litografías, aguafuertes y linograbados, entre otras técnicas que empleó el pintor malagueño, que forman parte de las colecciones de la Fundación Picasso Museo Casa Natal.
El bestiario de Picasso representa una selección de los animales que pasaron por la vida del artista y que inmortalizó en cientos de trabajos. Algunos de éstos le sirvieron como fuente de inspiración, si bien supo reinventarlos con un lenguaje moderno, único y personal. En su universo creativo dedicado a esta faceta, Picasso representó tanto a las palomas de su infancia en Málaga — también inmortalizadas por su padre en diferentes obras— como al perro afgano que lo acompañó en los últimos años en su residencia francesa de Mougins. El artista estuvo rodeado de una fauna diversa durante toda su vida que, a su vez, fueron testigos de su labor creativa.
Algunos de estos animales lo acompañaron en su trayectoria y en los diferentes destinos y lugares que visitó, mientras que otros son fruto de encuentros deliberados, como los espectáculos circenses o las corridas de toros, de las que disfrutó en el sur de Francia. En cualquier caso, el tema recurrente de la fauna es la excusa del artista para ensayar técnicas y experimentar con los materiales, como son la cerámica, litografía, ilustraciones, aguafuertes, entre otras.
El elenco de especies representadas en esta exposición es variado. Entre las piezas más destacadas está El bogavante (1949), un animal recurrente en la iconografía surrealista y que Picasso interpreta con un juego de volúmenes, rayas y puntos gruesos. El insecto (Hoja e insecto, 1949) aparece en la obra de Picasso para ilustrar el libro Corps perdu (Cuerpo perdido), del poeta, dramaturgo y escritor, Aimé Césaire. El artista recurrió a la belleza de lo aparentemente simple de una línea o trazo, fundiendo elementos femeninos con animales y plantas.
La vida cotidiana es otro de los temas representados en la obra de Picasso. En la pieza Lechuza en una silla con fondo ocre (1947) capta un momento que surge de una manera espontánea. Este animal fue un regalo para el artista que lo acompañó durante varios años. En esta ocasión, plasmó su figura sobre una silla del taller.
Sin duda, el toro (Toro y caballo en la arena, 1929) ocupa un lugar destacado en la obra de Picasso. Junto con la paloma, es uno de los símbolos más representativos de su trabajo. El toro es la imagen de la masculinidad, la lucha, el poderío, pero sobre todo, el regreso del artista a sus raíces españolas, andaluzas y malagueñas. Las raíces de Picasso también están detrás de las piezas como Gran pez (1956). La alegría del Mediterráneo, el movimiento del mar, su infancia y la gastronomía de España están representados en estas obras.
El halcón (1907) es una de las piezas más llamativas de la exposición. Este animal pertenece a uno de los cuadernos preparatorios del conocido lienzo Las señoritas de Avinyó. El color rojo destaca la figura del animal sobre las tintas negras, pero lo más curioso es que Picasso logra hacer de un único trazo, sin levantar el lápiz, la figura de una animal completamente reconocible. El original de este dibujo formará parte de una exposición que acogerá el Museo Pushkin de Bellas Artes de Moscú entre agosto y diciembre de este año.
Por último, otra de las figuras representadas en la exposición es el caballo (Caballero y caballero, 1952). Condicionado por el periodo bélico que el propio Picasso vivió, el artista interpretó la aportación a la historia de este animal, representándolo casi siempre en el momento de la lucha.
Entre 1891-1895, con el perro Clipper en A Coruña, y 1973, con el dálmata Perro y el afgano Kaboul en Mougins, Picasso recorrió un dilatado arco de animales de compañía que fueron testigos —no siempre silenciosos— de los aconteceres artísticos y privados del pintor. Perros, gatos, palomas, monos, peces, loros, lechuzas o cabras convivieron en su entorno y se convirtieron, en más de una ocasión, en modelos y recreación de su iconografía. Brassaï, quien conoció bien al artista, dijo en cierta ocasión: «Picasso, que puede amar o aborrecer a los hombres, adora a todos los animales, tan indispensables a su lado como una presencia femenina».
No solo los animales caseros sucumbieron a la tentación de la mano creativa del malagueño. También su pasión por el circo o por los toros lo llevó a inmortalizar a los animales protagonistas de estos actos festivos, animales que luego Picasso, ya en su casa, los hacía revivir nuevamente en su imaginación y los atrapaba con el lápiz, con el óleo, con el barro o con el buril para deleite de galeristas, coleccionistas y amigos.
También, gracias a editores como Martin Fabiani, Picasso se explayó con ilustraciones únicamente dedicadas al tema animal, como sucedió con la Histoire Naturelle (1942), del conde de Buffon, por donde pasaron desde ciervos y lobos hasta lagartos, buitres, gallinas y ranas.
La muestra El bestiario de Picasso no sólo nos revela a los mismos animales en contextos bien diferentes, sino que además recorre las distintas técnicas que Picasso utilizó entre 1905-1968 para realzar y enardecer la belleza de la figura animal. Y para ello hemos puesto a la vista del visitante el amplio abanico de los fondos de la Casa Natal, compuestos aquí por libros ilustrados, ediciones de bibliófilo, cerámicas, fotografías, dibujos originales y obra gráfica que condesan toda una fauna y a la vez toda la preocupación de un hombre que intentó acaparar con su creatividad las técnicas y los modelos más dispares, porque — como sentenció Françoise Gilot— «generalmente los bichos estaban exentos de las sospechas con que miraba a sus amigos».
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España