Descripción de la Exposición
«Je vous salue, ruines solitaires, tombeaux saints, murs
silencieux! C’est vous que j’invoque; c’est à vous que
j’adresse ma prière.»1
«¡Salve, ruinas solitarias, santos sepulcros, muros
silenciosos! Os invoco; a vosotros dirijo mi oración.»
La ruina no es únicamente un objeto estático del pasado, es preciso entenderla como una herramienta dinámica que es utilizada por las sociedades contemporáneas para negociar su relación con el tiempo y su identidad cultural. La ruina, a pesar de su evidente estado de decadencia, es capaz de perdurar en el tiempo, convirtiéndose en un dispositivo atemporal. El hecho de que la ruina sobreviva una y otra vez a generaciones y generaciones permite que se entienda también como futuro. Esta circunstancia produce un enriquecimiento semántico pero, del mismo modo, genera divergencias y derivas aún por explorar. Esa reanimación del pasado2
- que menciona Nelly Richard- que provoca la ruina o huella permite precisamente un baile cronológico en la misma, una ambigüedad de tiempos y formas.
Pero, ¿cómo es posible la reactivación de una ruina? ¿Cómo es posible llevarla al presente y, por consiguiente, lanzarla al
un incierto futuro? Cada vez son más frecuentes esas nuevas lecturas que se ofrecen de la imagen de los escombros del pasado completamente alejadas de perspectivas románticas o nostálgicas, esas mismas que se apreciaban en los textos de Winckelmann o Goethe. El artista ya no está desesperado ante la grandeza de las ruinas clásicas, recordando el famoso dibujo de Johann Heinrich Füssli (1770-1780), ya no está abrumado por el Coloso de Constantino ni siente presión por emular la grandeza del pasado. La ruina se entiende en muchos de los relatos contemporáneos como un origen, como un seductor punto de partida desde donde proyectar
un hacer.
«Articular históricamente lo pasado no significa conocerlo
tal como realmente ocurrió. Significa apoderarse de un
recuerdo tal como fulgura en el instante de un peligro.»3
Partiendo del planteamiento contemporáneo que asume la ruina como origen o punto de partida, El agua arrastró a los dorados leones, exposición que reúne el trabajo de nueve artistas, dialoga sobre esas etapas o instantes de cambio o ruptura que según Walter Benjamin deben darse en la historia para que puedan entrar otros relatos disidentes y contrahegemónicos. Una muestra que manifiesta la fragilidad o vulnerabilidad del ser humano y su entorno y que supone una defensa de la cicatriz, huella o grieta que ha sido generada en el presente por hechos del pasado. Los y las artistas que forman parte de esta exposición han recurrido a la antigüedad clásica –o a periodos posteriores con reminiscencias clásicas- para romper con arquetipos o modelos legitimados y proponer otras lecturas o narraciones más amables, inclusivas, plurales y feministas. Al fin y al cabo, tal y como señaló el propio Goethe: No es posible reconocer lo presente prescindiendo del pasado. 4
«El lobo nadó entre las ovejas,
el agua arrastró a los dorados leones
y a los tigres;
ni siquiera al jabalí le fue útil su ímpetu tan potente como
el rayo,
ni al ciervo sus piernas veloces;
después de buscar por mucho tiempo tierra para posarse,
un ave errabunda cayó al mar con las alas cansadas.»
Las Metamorfosis de Ovidio, un poemario mítico de la literatura clásica, conserva hoy en día una relevancia significativa en el pensamiento contemporáneo debido al tratamiento que el romano realizó de los conceptos de cambio, evolución, impermanencia o adaptabilidad. A través de un vasto corpus de mitos, Ovidio teje un relato que explora las múltiples formas en
que los seres –humanos, divinos y naturales- se transforman, no solo en sentido físico, sino también moral, espiritual y existencial. El agua arrastró a los dorados leones (fulvos vehit unda leones) procede del Libro I donde Ovidio le dedica un apartado al Diluvio, una de las narraciones más conocidas y reproducidas por numerosas culturas y religiones alrededor del mundo que relata una supuesta inundación mundial capaz de arrasar con casi todo ser viviente. El diluvio representa la vuelta al caos y el nuevo comienzo, personifica la transformación de una civilización hacia un modelo más solidario y humano. En un periodo histórico tal convulso como el actual en el que la sociedad ha llegado a un límite, se hace necesario volver al pasado para posteriormente reflexionar sobre toda una amalgama de cuestiones o conceptos como cambio, lucha, historia, memoria colectiva, vulnerabilidad, humanidad, resistencia o futuro.
1- Volney, M. (1789). Les Ruines, ou méditation sur les révolutions des empires. Député à l’Assemblée Nationale. París, p 11.
2- Richard, N. (2021). Zona de tumultos. Memoria, arte y feminismo. Clacso. Buenos Aires. p 63.
3- Benjamin, W. (2008). Tesis sobre la historia y otros fragmentos. Ítaca. México. PP 135-136.
4- Goethe, J. W. (1991). Obras completas (IV vols.) Tomo III en Rafael Cansinos
(ed.). Aguilar. México D.F, p 1147.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España