Descripción de la Exposición
La exposición de Kraser en las salas de exposición del Museo Teatro Romano de Cartagena, cierra un año de diversas actividades en la ciudad que han celebrado la trayectoria del artista en los últimos treinta años.
El proyecto del artista para el Teatro Romano ha buscado su fuente de inspiración en el clasicismo grecorromano, tomando como “iconos” obras que hunden sus raíces en nuestra propia identidad como ciudadanos europeos, dichas obras son reinterpretadas con un lenguaje propio, que es el código personal del artista y del arte urbano.
En el recorrido por la exposición el visitante se enfrentará a unas piezas inspiradas en obras escultóricas conocidas de época Clásica, Renacimiento o Neoclasicismo que el espectador puede reconocer como iconos atemporales, pero ahora convertidas en nuevas creaciones donde prima la figuración, la fuerza del color, los elementos geométricos y vegetales, creando un nuevo Olimpo, el de Kraser.
Así el espléndido mural, que ha pintado in situ, dedicado a las Carreras de caballos, es un homenaje de Kraser a los juegos olímpicos de los griegos en honor a la diosa Atenea. Los caballos en pleno movimiento parecen no tener aurigas, la obra, de gran formato, tiene el sello del autor y de su lenguaje pictórico buscando la armonía entre lo irracional y lo fantástico.
Por ello, en el particular imaginario de Kraser a caballo entre lo onírico y lo surrealista, no podía faltar su visión del dios Baco/ Dionisos, el “Dios Loco”, desvelando esa otra cara oculta del pensamiento griego entre el mithos y el logos. En ese mundo mitológico e irracional su Medusa, guardiana que aleja el mal, contrasta con las bellísimas Tres Gracias, que inspiradas el grupo escultórico de Antonio Canova, tienen vida y color.
En otro formato y técnica Kraser ha dedicado una Serie a obras escultóricas halladas en el teatro romano y en otros edificios recuperados de la antigua Carthago Nova, realizando un homenaje a su ciudad y su riqueza arqueológica. En esta serie interviene sobre la imagen de los Altares de Júpiter, Juno y Minerva, el altar de Caio César o el relieve de la Rea Silvia, entre otros, creando fracturas y planos de color trasladando las obras clásicas al mundo más contemporáneo del arte urbano.
En definitiva Kraser muestra su arte urbano en el Teatro Romano, introduciendo su lenguaje pictórico lleno de imaginación creativa en sus salas de exposición, estableciendo así un nuevo diálogo entre el mundo antiguo y la creación contemporánea.