Descripción de la Exposición 'El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar, ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son.' Miedo, concluye el filósofo Zygmunt Bauman en su ensayo Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, es el nombre que damos a nuestra incertidumbre, a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que puede y no puede hacerse, para detenerla o combatirla; si esto fuera posible. La incertidumbre se adhiere en la pintura de Ignacio Guelbenzu. Poco se puede hacer para detener o combatir la amenaza descontrolada de tantos miedos que nos inmovilizan, para los que no existe ya ni siquiera la posibilidad de construir un refugio. 'Ya no queda lugar alguno al que huir', ya no hay refugios en los que ocultarse. En el mundo de la modernidad líquida, asevera Bauman, los peligros y los miedos tienen consistencia líquida, ¿o acaso gaseosa?, se pregunta: fluyen, calan, se filtran, rezuman... como en la pintura de Guelbenzu, donde nada queda retenido a pesar de los límites de color que ambicionan organizar el espacio de sus obras. Ocurre, sin embargo, que el límite es, como ha reflexionado en profundidad Eugenio Trías, un concepto resbaladizo y de doble filo, de una ambigüedad a veces irritante aunque siempre estimulante, una invitación a ser traspasado o revocado y una incitación a la superación y al exceso. Condiciones todas insertas en los límites cromáticos de la pintura de Guelbenzu, escenario melancólico donde todo se desborda. Los primeros indicios suceden justo en los límites de las fronteras de color, ¿dónde si no?; se trata de minúsculos desprendimientos apenas perceptibles pero capaces de derivar nuestra mirada hacia zonas donde el raspado quiebra la materia aplicada sobre las capas de pintura, densas y desiguales. Y la herida emerge. En la fugacidad del límite anida el extrañamiento de lo impreciso, presto a provocar el desmoronamiento de todas las certezas en el contagio de los campos de color y en la intrusión definitiva que provoca el deslizar informe, azaroso e invasivo, de los gestos de naturaleza líquida que flotan libres por la superficie del cuadro; como el más temible de los miedos. Lejos de ignorarlo, Guelbenzu decide hacerle frente y no solo evocándolo sino también representándolo en las obras que, como relicarios, guardan en su interior los restos: fragmentos de telas funerarias y residuos de las pinturas. Estremecimientos del fin de todo cuyo eco persevera en el tiempo. Eco es el título de esta serie de pinturas de Ignacio Guelbenzu, en alusión a la ninfa Eco, cuyo cuerpo fue despedazado y esparcido por toda la tierra. Desde entonces, la voz de Eco se escucha en todas las montañas. Pero el Eco de Guelbenzu no corresponde a la voz de la ninfa sino a la voz que apenas puede ya identificarnos en un mundo dominado por los efectos de una globalización descontrolada.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España