Descripción de la Exposición Dormir es regresar. Volver a la situación prenatal, a estar inmerso dentro de algo inmenso, oscuro, invisible, volver a la inicial ceguera, a la congénita invalidez; a respirar, función primaria del viviente, no fuera sino dentro de algo. Maria Zambrano (Los sueños y el tiempo) - - En Wiedergeboren, una de sus últimas acciones, Antonio Luque destilaba los elementos que comparte con el austriaco Hermann Nitsch, el cuerpo humano y sus productos: sangre, lágrimas, sudor, fundamentos que sustentan su lenguaje particular. Wiedergeboren quiere decir renacer, y al nacer, pasamos de estar envueltos en sangre a ser lavados con agua. Estos componentes y la leche, que simboliza la pureza, son los utiliza Luque en esta acción. También despertar es renacer, y como producto obtenemos, en este caso, los sueños. Y de la misma manera como no podemos diferenciar las lágrimas de dos personas diferentes, tampoco podemos diferenciar los sueños de dos personas diferentes. A pesar de todo compartimos las mismas ilusiones y anhelos, nuestras pesadillas a menudo son de signo contrario. Como decía Tolstoi en las primeras líneas de Anna Karenina, ?Todas las familias felices se parecen. Cada familia desgraciada lo es a su manera?. Comprobar que alguien tiene los mismos sueños que yo me hace ser más empático, ya que me identifico con la parte más humana de nuestros semejantes, con la parte inocente y no manipulada de nuestro yo y que identificamos con los niños y con su pureza, con aquello tierno que querrías tener a tu lado y que no te asusta ni te hace padecer. Es lo que sentimos todos en la parte más dulce del sueño, cuando volvemos a ser niños, cuando nos reencontramos con las personas queridas que están lejos de nosotros (a veces irremediablemente lejos), o cuando conseguimos lo que no podemos tener. Quién tiene la familia lejos la visita cuando duerme y quien no puede comer lo hace en sueños. Pero la realidad que nos rodea esta llena de pesadillas, que escondidas en las sombras, solo esperan la caída de la noche, la llegada de la oscuridad, para extender su reinado. Antonio Luque identifica tres de estas pesadillas que asolan el paisaje de un buen número de países africanos: la malaria, la tripanosomiasis y el sida. El hecho de escribir 'paisaje' para referirme a la realidad africana indica el enfoque de partida claramente euro centrista que representa la primera frontera que hay que superar, un punto de vista dominado por elefantes, los leones, la sabana, los documentales de la 2 y 'Memorias de África?. El punto de vista que nos propone Luque es radicalmente diferente. Distribuye en el espacio expositivo 12 bustos fabricados con loneta, sobre cada uno de los cuales ha impreso el código que internacionalmente identifica a un país africano, estas siglas, desconocidas para nosotros, introducen un punto de inquietud en el observador, la luz tenue con que están iluminados (bombillas de 10 W) y la posición que ocupan, reclinados sobre reposacabezas originales de África, nos hace intuir que nos encontramos en un lugar íntimo, mágico. durmientes Antonio Luque Este espacio, que el artista ha bautizado como 'ellos' se complementa con una serie de 20 fotografías de 23 personas durmiendo, realizadas unas horas antes de despertarse, el conjunto se titula ?nosotros?. Tanto fotografías como bustos se ilustran con pequeños textos que expresan los sueños de estas personas, o para ser exactos, que les gustaría soñar. Comprobamos rápidamente que, sin quererlo, tanto los unos como los otros encaminan sus pasos, cuando duermen, en la misma dirección. Luque pone de manifiesto que los medios de comunicación no reflejan como es el mundo, hacen atractivos y dan visibilidad a determinados hechos (la prensa rosa es un claro ejemplo), mientras otros nunca llegan a disponer de unos segundos de 'prime time'. En la video proyección, 'El sueño de la razón', el artista, transmutado en busto, escenifica sus miedos y los de la sociedad sobre la sangre, que transmite enfermedades muy graves y a la vez es portadora de vida, mientras inconscientemente pensamos que solo la razón nos puede salvar. El espacio convida al silencio, y puede ser, a la reflexión. En cualquier caso pienso que el artista quiere que cada espectador saque sus propias conclusiones, que como mínimo se pregunte que pretendía el autor con todo esto. Màrius Domingo Crítico de arte Berlín, agosto de 2009.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España