Descripción de la Exposición
Desde la mitad del siglo XV, el uso de la prensa sustituye a la estampación a mano, y permite la ejecución de grabados al mismo tiempo que la ilustración del libro, lo que convierte a este oficio en una verdadera nueva profesión.
Alberto Durero se formó con la influencia de los talleres nórdicos y flamencos y sus viajes a Italia supusieron una nueva mirada a la concepción del arte. Viajó a los Países Bajos donde conoció a Bernard Van Orley y a Jan Provost y más tarde a la zona del Alto Rhin y, en dos ocasiones, a Italia donde visitó Venecia y la zona norte. Allí tuvo contacto con Giovanni Bellini y con la obra de Andrea Mantegna. El paisaje que contempló en sus viajes sirvió de inspiración a los fondos de su obra pictórica y de grabado. Como intelectual de su tiempo se cultivó en diferentes disciplinas de las ciencias, así como en el perfeccionamiento de la técnica artística. Su capacidad como investigador se unió a su obra en creatividad, imaginación y destreza. Durero creía que el artista debía superar la barrera de artesano y elevarse a la categoría de pensador y creador del arte; de ahí que con el tiempo se convirtiera en un teórico del arte como León Batista Alberti y Leonardo Da Vinci.
En el grabado, Durero se inició, desde muy joven, con su maestro Michael Wolgemut y su técnica gráfica estuvo ligada a la pictórica, tanto en el tratamiento de las formas como en la iconografía que representa. Aprendió la talla de madera, tacos y grabados xilográficos y se especializó en el grabado en cobre con buril, técnica que había aprendido de su padre y en la que alcanzó la perfección, hasta tal punto que, entre 1513 y 1514, se dedicó casi exclusivamente a ella. Durero es conocido por sus famosos retratos y autorretratos, pero también destaca en temas alegóricos, mitológicos y, sobre todo, religiosos. El aspecto religioso de su obra grabada muestra la época convulsa que vivió y la reforma luterana, cuya influencia se percibe en sus últimas estampas cargadas de austeridad y profundidad.
Esta exposición muestra varias etapas en la trayectoria del autor. En primer lugar la obra gráfica perteneciente a los tres libros que narran la Pasión de Cristo y que demuestran hasta qué punto interesaba a Durero este tema, La Pasión grande, La pequeña Pasión (xilografía) y Pasión pequeña (en cobre). Son un testimonio de que solo en grabado desarrolló al completo esta temática. También de fechas anteriores a 1500 hay obras sobresalientes como La Sagrada Familia con tres liebres y la xilografía de La Virgen con el mono. De igual modo, Durero se hizo eco de las profecías que anunciaban el fin del mundo con hechos sobrenaturales como El cerdo monstruoso, ocurrido en Alsacia y tratado como un documento de la época. En esta misma época realizó la serie de La vida de la Virgen y acompañó la edición con versos de Benedictus Chelidonius.
La culminación de la obra grabada de Durero está representada en las llamadas "tres estampas maestras", El caballero, la muerte y el diablo, una de las mejores imágenes del caballero cristiano, San Jerónimo, la mejor representación del intelectual cristiano de ese momento, y Melancolía I, una de las más célebres imágenes de la historia, en la que Durero aporta su idea del artista como personaje melancólico absorto en profundos e intelectuales pensamientos. Cierra la exposición el Gran carro triunfal de Maximiliano, cuyo significado muestra la consciencia artística sobre la importancia de la difusión propagandística de las ideas a través del grabado.
Rosa Perales Piqueres, curadora
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España