marcelino cuevas | león 08/09/2014
La obra de la pintora asturiana Encarnación Domingo es tan sutil como la luz, y tan cargada de emociones como la mirada. Encarnación es asturiana, de Salinas y allí nacen sus originales creaciones inspiradas en el infinitos horizontes del mar y en las mágicas ondulaciones de las dunas de arena de sus playas. «Paseo por los paisajes de mi tierra y veo como la luz nunca está quieta, como re refleja, como lanza rayos cegadores, como inventa sombras profundas… Yo quería plasmar todo eso en mis cuadros y para ello he realizado una intensa búsqueda, una investigación constante, hasta encontrar una forma perfecta para representar ese paisaje luminoso en movimiento», dice.
Encarnación Domingo dejó a un lado las pinturas tradicionales y los pinceles, los lienzos y los papeles, para trabajar con lija sobre planchas de aluminio. «Sí, pinto sobre la plancha inmaculada de metal con ligerísimos toques...de lija de diferentes números. Es una técnica completamente mía que nada tiene que ver con el grabado, en el que se emplean agentes abrasivos o punzones, Yo rozo apenas el aluminio con la lija de una forma mínima, la justa para crear sensaciones de luz, para que el ojo del espectador al moverse compruebe como esas dunas van cambiando de forma y de iluminación, Creo que es la mejor representación de las emociones que produce en mí el paisaje»
Imágenes de la Exposición
Ripples
Entrada actualizada el el 09 mar de 2015
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