La mente humana es la suma de tres componentes: Intención - Razón - Deseo.

Pero ¿Qué pasa, sí uno de esos componentes asume el control y se produce un desequilibrio?

Lo que en un principio se presenta al espectador como un idílico mundo femenino pintado de rosa, es solo la puerta a un mundo autocrítico sobre la sociedad, los valores personales, los sueños, los deseos… son obras que no están hechas para parecer bonitas, ni atractivas, ni siquiera para crear un mundo maravilloso, de hecho son sonámbulos reflejos de traumas de la infancia, miedos e inocencia perdida, de cosas que cada uno de nosotros tiene que superar durante su vida. Nos enseñan que tenemos que aceptar nuestras heridas e incapacidades, y que existe una realidad aparte de la corriente, donde el dolor no tiene que ser suprimido, ... sino que forma parte real de nosotros mismos. Lo suave y lo duro, lo femenino-infantil y lo más brutal, los colores rosa y negro… las paradojas van como una cuerda roja por la obra de Sosima (Vertico's Puppets).