“Después de haber sido la más importante ceramista colombiana durante una década, Beatriz Daza llega a una alianza estupenda entre cerámica, pintura y relieve, ejecutada con la misma calidad y espíritu inconforme y descubridor que caracterizó su período de ceramista pura” – Marta Traba. Esta obra, elaborada en 1966, pertenece a la serie de relieves en los que la artista utilizaba placas fundidas en yeso y fragmentos de cerámica. A diferencia de los otros relieves, éste es el único en el que combina fragmentos de piezas cerámicas con pintura. En su obra se evidencia la influencia de diversas corrientes artísticas europeas de vanguardia como el collage.