La exposición está compuesta por una serie de esculturas y cuadros cerámicos elaborados en gres refractario que representan espacios arquitectónicos extraídos de la memoria; lugares y tiempos ajenos a estos. Todas giran en torno a la casa como elemento espacial en el que se genera la vida.

La casa provoca imágenes de carácter abstracto en el recuerdo y que juegan en el plano de la emoción; la obra traduce estas emociones de la memoria al lenguaje propio y genera imágenes, levemente veladas, que evocan el lugar o los momentos determinados de una ensoñación espacial. Como en un espejo, recuerdos y escultura se reflejan; ambas imágenes pertenecen a una cierta homología.

Las claves para comprender la escultura se encuentran en el interior de quien la contempla. Cita Gastón Bachelard un poema en el que ... se evoca la casa en la que se ha vivido en otra época y que es recipiente de recuerdos vagos, de un pasado en el que hubo intensidad en el sentir; dicen así los dos últimos versos: '...una extraña casa que se guarda en mi voz. / y que el viento habita'. Esta idea del paso del tiempo, la memoria y la contemplación de un paisaje arquitectónico (la vida) en el pasado, me ha servido para desarrollar las ideas que generan la obra que presento en esta exposición.