Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Dice un antiguo proverbio oriental que un hombre o una mujer son lo que hacen con sus manos. La sociedad actual en la que vivimos apenas deja opciones para empuñar armas, así que, para los cuatro artistas de esta exposición, el arte es una manera de armarse y disparar su visión de la realidad. A la manera de un francotirador, estos artistas, cada uno desde su propio espacio vital, disparan a un mismo objetivo. Un objetivo más vital que nunca, en el que se entremezclan caos, orden, éxtasis y misterio. Soy de la opinión de que el arte únicamente sirve cuando tiene que ver con la vida, para expresarla o cuestionarse sobre ella. Así pues, es esta una exposición plenamente actual; transcurre en el aquí y ahora de unos artistas que, como locos frente a un temporal, deciden resistir de una manera activa. Frente a la impresión generalizada de que el arte actual es un fraude gigantesco, lleno de objetos sin valor sobrevalorados por idiotas, galeristas, críticos y otros cómplices, estos cuatro jóvenes creadores deciden otorgarle un valor a sus inquietudes, a sus actitudes y aptitudes. Es este el valor de lo auténtico que hay dentro de uno mismo. El valor de lo que sale hacia afuera sin remedio, mostrando con una honestidad brutal la riqueza y profundidad de lo esencial de cada uno. Arantza Pardo (A Coruña, 1991) es una joven pintora que se adentra a través de sus obras en lo oscuro y lo confuso. Bajo el titánico esfuerzo de tratar de ordenar el caos, sus obras, a ratos manieristas y plenamente hibridas, nos plantean una multitud de mensajes que reiteran en la investigación de una identidad formal neobarroca y caótico-contemporánea. Sus obras, sobrias y elegantes, caminan, en palabras de Sara Donoso, 'entre la contención de la línea y el libre discurrir de una pincelada más ligera y dinámica. Su trazo se sostiene entre velocidad y quietud anunciándonos un universo complejo que obliga a dirigir la mirada más allá de lo visual. Es ese lugar de búsqueda donde se generan todas las identidades posibles, donde la rebeldía sobre lo establecido toma parte de la obra para posicionarse en una estética hibrida, personal.' La sutil pincelada de Israel Jiménez (Las Palmas de Gran Canaria, 1983) nos remite a una cotidianeidad muy íntima, casi lindante con el concepto del placer oculto. Su exploración de lo banal que revelan algunas acciones rutinarias, y los éxtasis que derivan de estas acciones o que provocan objetos carentes de sentido o importancia, critican fuertemente el materialismo del mundo actual en el que hemos dejado de ser en plenitud para tener en plenitud, por lo menos en aquella plenitud que nos es permitida. Pese a esa crítica, considero que sus piezas están llenas de una intimidad cómplice. Sus personajes nos revelan sus más oscuros 'fetichismos' independientemente de que esperen, o no, nuestro juicio. Es en esta valentía en la que reside la fuerza de estas piezas; fuerza que emana de esos objetos representados. Y aunque Israel afirme explorar el carácter religioso que nos lleva a ser devotos de nuestro mundo particular, a mí me gustaría puntualizar que su experiencia es en mi opinión casi más espiritual que religiosa. José Andrés Santiago (Santiago de Compostela, 1981) se arma de los componentes esenciales del arte (luz, color y figura) para satisfacer su deseo de ordenación radical. Con la meticulosidad propia de un cirujano o un caballero Jedi, sus orizuru (grullas de papel) se multiplican en colores y en número, deviniendo en una exploración tridimensional con el volumen de la pieza y la luz como elementos igualmente importantes. Pero tan importante como estos son las construcciones de sombras que se generan. La sombra no resta sino que aporta valor al colorido evidente. Lo oscuro es lo que, en su contraste, potencia a la luz. Es pues el suyo un relato de infinitos matices, que rechaza una aproximación plana al mundo que nos rodea y nos invita a sumergirnos en la multitud de colores que existen 'para referir cada estado de ánimo, cada momento, cada persona.' Santi Jiménez (Santiago de Compostela, 1979) dice haber vuelto del infierno. Después de una década dedicada al dibujo, y tras una profunda crisis creativa, ha decidido empuñar de nuevo los pinceles en un ejercicio de sinceridad. Sin abandonar su temática de los últimos anos, llena de personajes misteriosos, de situaciones ambiguas en las que los huecos narrativos son puertas para que el espectador penetre y se comprometa con la historia, sus piezas están ahora llenas de color y de misterio. Sus cuadros nos guiñan un ojo tras su pincelada desnuda, meticulosa a ratos, hablándonos a través de esos Otros de su propio camino: ese que le ha llevado a recuperar una dignidad que creía perdida. Y es en esa vuelta a las 'esencias', a lo auténtico que habita dentro de él, donde reside toda la radicalidad y la honestidad de este autor que busca darle una vuelta de tuerca a su trabajo, precisamente volviendo a lo básico. Esta exposición solo existe ya para despertarnos los sentidos y la inteligencia y para lanzarnos un desafío. Porque, como dijo Pérez Reverte, 'el único arte posible es un ajuste de cuentas'.
Artistas: Arantza Pardo, Israel Jiménez, José Andrés Santiago y Santi Jiménez.
Premio. 09 sep de 2024 - 13 oct de 2024 / Madrid, España
Exposición. 25 sep de 2024 - 10 mar de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 15 oct de 2024 - 30 jun de 2024 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España