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Para Miguel Río Branco es la realidad poética la que cuenta. Lo real no es la realidad sino la manera en la que él como artista la experimenta y recrea. Parte de sus ideas y emociones para componer sus collages e instalaciones, para crear una entidad ensamblando imágenes aparentemente desconectadas. El resultado es un juego que confunde a la realidad. Dislecsia está inspirada por la hija más joven de Río Branco. El artista vio una relación entre ella y su propia y única forma de entender el mundo, la base para su modo de pensar, hablar y trabajar. En este sentido, Dislecsia es la llave de su obra. No ... es sólo la “reconstrucción” del trabajo que se perdió en el incendio de su estudio en 1980, sino que también es la muestra más actual de su manera de trabajar. Como un todo, convertido de acuerdo a las reglas de Río Branco en una obra de arte totalmente nueva, Dislecsia nos depara una profunda y sorprendente visión de su “forma diferente de pensar”, o como dice él mismo, “la dislexia que le hace único como artista”.

Tras una trayectoria artística dirigida hacia la pintura, el dibujo y el cine, Miguel Rio Branco muestra por primera vez sus fotografías en 1972. Fue, con Negativo Sujo, exhibida en Río De Janeiro en 1978, que el artista encuentra la forma de amar su discurso fotográfico.

Como consecuencia de los procesos de montaje y colage, técnicas de su interés en ese momento, su construcción de imágenes se vuelve más abundante y compleja, más amplia y menos descriptiva en esta muestra. Fotografías de pequeños y variados formatos, pegadas en papel carne-seca, son dispuestas irregularmente en el espacio de forma que crean un laberinto, infinito de combinaciones y significados. La secuencia de imágenes en blanco y negro, de otros colores y otras coloreadas a mano, forman un discurso poético, montado como si fuese un bloque de anotaciones fotográficas. “Anotaciones fotográficas de una nación a la búsqueda de su identidad”, según el propio artista. En esta exposición, se define el vocabulario de Rio Branco, que trabaja con la fotografía – como morfología única de una sintaxis propia – haciendo referencia a los trabajos con colages y las películas en super 8 hechas años antes en Nueva York. La originalidad de la propuesta acabó convirtiéndose en una marca registrada del artista. Desde entonces, su trabajo viene desarrollándose de manera que siempre correlaciona concepto-forma-color-contenido-clima-tiempos-espacios, algunas veces aparentemente dispares, creando las metáforas corrosivas de opuestos, culminando en la cuestión esencial de la vida y de la muerte.

Dislecsia, está movida por incesantes gestos de construcción y deconstrucción. La elección de imágenes, hechas en varias épocas de la vida del artista, crea la idea de espacios perdidos en el tiempo. La reunión de fotografías proviene de impulsos inconscientes y formula una descripción de acoplamientos puramente poéticos. La fuga de la intención puramente documental, normalmente obvia en la fotografía, acaba formando un discurso inédito, abriendo caminos inusitados de formas y contenidos. El valor simbólico obtenido sorprende al espectador, que descubre una realidad enigmática, un código para ser descifrado, un mundo para ser visto a través del su reflejo, un espejo secreto corroído por el tiempo. La realidad tal y como es representada en general en un uso descriptivo y temático no interesa al autor. Es la época de la ilusión, del reflejo, del revés, del opuesto. Será necesario desnudarse de referencias banales para comprender las relaciones oníricas del discurso “casi amoroso” del artista para el mundo.

Sustancia. Cuerpo. Alma. Deseo. Sexo. Carne. Alma. Espíritu. Sombra. Luz. Fragmento. Parte. Todos. Todo. Fuego. Aire. Misterio. En Dislecsia el abismo del tiempo nos adentra en una escritura de lirismo infrecuente. Para comprender, tenemos que cruzar forzosamente el espejo de las apariencias epidérmicas y zambullirse en las aguas profundas del universo del artista.

Gerardo Mello Mourão