En una sociedad cargada de contradicciones e hipocresía como en la que vivimos, permitimos que pasen estas cosas amparados bajo el difuso concepto de seguridad.
La violencia de las imágenes contrasta dramáticamente con un entorno teóricamente seguro y deseable, que provoca múltiples lecturas.
La obra invita a una reflexión sobre algunas aspectos de los conflictos armados de nuestro tiempo: los motivos económicos que los han propiciado, el tratamiento que, a veces, reciben este tipo de hechos en los medios de comunicación, convirtiendo el sufrimiento humano en un mero espectáculo y el público que lo digiere como un entretenimiento más. No me interesa tanto retratar el contexto armado como posicionarme al lado de los verdaderos perdedores de este conflicto.
Debemos cuestionarnos a nosotros mismos a título individual. ¿Hasta qué punto tenemos capacidad de acción para fomentar o parar este tipo de abusos que se cometen en nombre de nuestra forma de vida? ¿Hasta qué...punto somos conscientes de la violencia que consumimos y de cómo nos dejamos manipular para, acto seguido, sentarnos cómodamente en el salón de nuestra casa a ver una película?
Mientras tanto el dinero fantasma llueve sobre niños, cuyos cuerpos carbonizados se llevará el viento en tumbas cubiertas de rosas.
Entrada actualizada el el 15 jun de 2016
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