Para este trabajo, Dessert, Ciuco Gutiérrez parte desde la ironía y el humor, haciendo una reflexión sobre el paisaje contemporáneo, marcado por la desolación, sus significados culturales y las vivencias ambiguas que despiertan.

El mundo, convertido en un espacio rudamente inhabitable o en el mejor de los casos en un lugar tan disparatado como cualquier novela fantástica, puede y debe ser también nuestra casa, por ello Ciuco Gutiérrez coloca sobre el paisaje una lámpara de salón, para que definitivamente nos reconciliemos con la soledad ambiental y empezamos a sentir, aunque sea de manera inquieta el calor de un hogar.

La serie reúne paisajes urbanos de El Cairo donde la hierba crece entre bloques de ladrillo o del nuevo Shanghai. De los arrabales de ... Houston pasamos a las colinas verdes de Cantabria, machacadas por la huella de las canteras o la urbanización forzada por el ocio, del desierto del Shakara a La Habana o a lagos helados del invierno pekinés en los que la gente deambula como sombras.