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El trabajo de José Piñar (Granada, 1967) se ha mantenido siempre fiel al medio pictórico, dentro de lo que podría definirse de una manera amplia como abstracción. Sin embargo, subyacentes al resultado formal que sus obras nos muestran, siempre han estado presentes ciertos procesos mentales que guían el discurrir de la mano extendiendo el color sobre la superficie de una manera bastante introspectiva; la lógica y las series numéricas unas veces, las reglas de juego autoimpuestas, el azar, la sistematización del uso del color o la traducción al lienzo de acciones formales importadas del Photoshop en otros casos.

Sin embargo la pulsión manual de la pintura siempre ha seguido presente en sus obras y, en los últimos tiempos, también hay una mirada al exterior como base de sus trabajos. Fruto de este giro hacia la realidad exterior son una serie de pequeños libros de apuntes donde ha venido plasmando impresiones visuales con acuarelas o tinta; paisajes o cielos, vistas urbanas, publicidad o imágenes del comic o del arte callejero. En estas libretas los apuntes se iban sucediendo en un orden temporal, creando extraños y sorprendentes vecinos de página. En este catálogo, Piñar ha tratado de recrear este tipo de relación inusual entre dos imágenes en dípticos que producen ciertos ritmos al hojear las páginas. Él mismo define cada parte de cada díptico como una absoluta improvisación, tras la cual ha buscado las parejas guiado por un instinto que es también totalmente visual.