Ni demasiado crudo, ni demasiado cocido; el guiso pictórico también tiene su punto justo.
¡Pero resulta tan difícil dárselo!

Cada pintor tiene que recorrer toda la historia de la pintura, del mismo modo que el feto atraviesa toda la historia de la creación.
De ahí la dificultad de la aparición del genio (si es que llega)

Muy a menudo la abundancia de elementos simbólicos exige la abstracción como área de descanso.

Toda pintura es ocultación: de la tela, del dibujo, de las capas subyacentes.
Paradójicamente ese acto de ocultación debe resultar revelador.

Mucho trabajo, pero que no se vea.

Ofrecer siempre menos de lo que das, así nadie se sentirá defraudado.

Para Cezanne el artista era una placa que registraba las impresiones sensoriales.
Hoy quizás sólo sea el foco que ilumina la pista.

Pintar como quien amasa, como quien bate la grasa de la leche para hacer mantequilla.
Así de jugoso, así de ... alimenticio.

A los cuadros mal pintados se les escapa la vida por las juntas mal selladas.

El tiempo en pintura es siempre discontinuo, a veces avanza, otras retrocede o
permanece estático, ese carácter ahistórico le salva de quedar sepultado entre las 'antigüedades'.

Pintar no puede ser marcar una idea como quien marca una res para afirmar la propiedad.
Las ideas no nos pertenecen, al intentar marcarlas sólo conseguimos marcar nuestros propios lomos.

La elección del tamaño es siempre esencial, muchas veces una equivocación al decidir el formato de un cuadro echa a perder algo que, en otro tamaño, quizás habría resultado hermoso.