Descripción de la Exposición
Un espacio se forma por el conjunto de relaciones que ocurren en él; encuentros que al momento de su aparición abren nuevas zonas de significado. Este año la Celda Contemporánea propone con formato 2 un ámbito donde el diálogo entre dos artistas crea un entrecruzamiento de caminos. Partiendo de provocar un acercamiento, la galería se vuelve un campo de convergencias y bifurcaciones. El programa inicia con Saúl Kaminer y Francisco Muñoz, dos artista que traslucen trayectorias disímiles y se reúnen aquí para trabajar acerca de las formas que habitan el viento. El espacio los convoca para pensar la afectación del viento sobre la materialidad y la forma, volviéndolo concreto y perceptible de forma multisensorial y metafórica.
Saúl Kaminer, transforma la bidimensionalidad del dibujo en una escultura-sistema respiratorio. Convierte los rasgos del trazo sobre la superficie en un ambiente transitable que conduce su aliento. La forma escultórica funciona como prolongación de su cuerpo, una vez que su respiro es conducido desde su interior hacia las entrañas de la escultura, en forma sonora. Encontramos en el espacio una pieza plástica que es también una máquina que respira. Una doble operación tiene lugar: la espacialización del dibujo en forma transitable y la conversión de la instalación en mecanismo.
Francisco Muñoz por su parte, despliega una poética del viento que aborda el fenómeno de su propagación a través de ondas expansivas y la forma en que ciertos objetos se disponen como una arqueología de la materia afectada por las corrientes. El inventario de elementos sitúa la relación de resistencia y complicidad que el mundo material mantiene con la fricción del aire, trayendo a convivir al espacio que ocupan los vestigios de la Celda, fósiles de concreto provenientes de diferentes regímenes culturales y estéticos. Piedras erosionadas por el aire, instrumentos musicales de origen natural y artificial, y objetos aerodinámicos son replicados en el más común material de construcción y, con este gesto, despojados de su valor objetual anterior para devenir en un rastro visual de formas que simula un paisaje diseñado por las ráfagas.
Del viento y la piedra abre el ámbito de la memoria material del entorno a través de metáforas como la erosión, el olvido, la trayectoria, el vestigio, la ruina y la huella. Ciudades enteras han sido desgastadas por el viento sin que ocurra una guerra. Esta exposición trae fragmentos de aquellos mundos evocados.
Roselin Rodríguez
Febrero 2016
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España