Descripción de la Exposición
Cuando descubrí las obras de Jorge Usán (1979, Zaragoza) en la Galería, me provocaron un estremecimiento. Concretamente, fueron las obras Capilla I y II. Aquel altar inmaculado, blanco, espiritual y escultórico me provocó una sensación de mar oceánico, o lo que se puede denominar un mysterium tremendum, que se produce por ese buceo personal y superior, producto de la conmoción de la belleza, la contemplación y el silencio. La perfecta unidad, un viaje hacia el océano. Aquellas urnas se volvieron para mí en un objeto deseado, algo sacro. Las palabras de la nube del no-saber, se hicieron imagen:
«Es natural que al comienzo no sientas más que una especie de oscuridad sobre tu mente o, si se quiere, una nube del nosaber... Hagas lo que hagas, esta oscuridad y esta nube se interpondrán entre tú y tu Dios... Pero aprende a permanecer en esa oscuridad. Vuelve a ella tantas veces como puedas, dejando que tu espíritu grite en aquel a quien amas. Pues si en esta vida esperas sentir y ver a Dios tal como es, ha de ser dentro de esta oscuridad y de esta nube»4 (Anónimo inglés del siglo XIV, 1981, p. 65).
Aquellas obras me abrieron conceptualmente hacia la mística de la nocturnidad, nubes, tinieblas, trascendencia, lo absoluto y a la vez la imposibilidad de su comprensión. Lo que podemos denominar la vía negativa. Pero así es la obra de Usán, toda una teología de simbología sensible, movimientos ascendentes de negaciones que alcanzan un estado de trascendencia. Este tratado está recogido en esta exposición titulada “()”. Curioso título para la serie, pero acertadamente nombrado. La nada y el todo, lo primigenio, la abertura, lo contemplativo, lo macro y lo micro, lo absoluto. Pero también la incertidumbre, la curiosidad. Todo ello, es la plástica que nos ofrece Jorge Usán, el que nos hace introducirnos en su mundo interior, pasadizos, moradas, recovecos... y que como artista «tiene la responsabilidad de crear un universo que tenga la complejidad e inmensidad de la capacidad humana». Cada obra contiene su personalidad única. Un mundo lleno de texturas que nos hacen viajar al fondo de ese microcosmos, de la luz a la oscuridad, y de la oscuridad a la luz. Un filósofo del siglo XXI que nos cuenta cosas que de otra manera no se explicarían. Y su medio de transmisión, el arte. Ese concepto que se hace proceso donde se adquiere las dimensiones de la existencia humana, poniendo en relación lo interior y lo exterior, el microcosmos y el macrocosmos, la profundidad y lo pequeño. Es la búsqueda del equilibrio. La tecnología procesada por lo humano, y es donde Usán, nos hace caer en la cuenta de que «el ser humano toma conciencia de que él puede convertir en expresión estética todo ese mundo de hechos y fenómenos experimentados en su alma»6. Por tanto, su creación respondería, tomando las palabras de Jesús Casás, al «intento de expresar, con el lenguaje más adecuado, el impacto sensacional de las tensiones que experimenta ante sus interrogantes y la trascendencia del misterio».
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España