Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Cuando se contempla la obra de Raquel Miranda (Tineo, 1936), la primera palabra que le viene a uno al pensamiento es “racionalismo”, por más que en el ámbito de las artes dicho término se haya reservado en exclusiva, por lo menos como tendencia, corriente o vía de investigación, para la arquitectura con la que, de todas formas, algún parentesco tiene su creación plástica. Racionalismo por la claridad, la lógica y la exigencia de orden que se desprende de las pinturas de Raquel Miranda, realizadas sin duda desde un espíritu de libre experimentación y que se organizan en espacios autónomos compuestos por planos irregulares estructurados por fuertes líneas compositivas, potenciados por las tensiones inherentes a la confrontación de formas circulares y lineaciones angulosas y equilibrados por el acierto de las armonías cromáticas. Racionalismo, en fin, en la razón plástica metodológica y en la eficacia de su personal canon compositivo integrador de valores cromáticos y gráficos que bebe en las fuentes del universo geométrico constructivo y se aleja de cualquier pulsión gestual. No hace mucho tiempo que Raquel Miranda realiza su obra actual, aunque hay que decir que, aún siendo de vocación tardía en el arte, sí ha trabajado mucho en su formación y perfeccionamiento, primero en el taller de César Pola y luego en ese admirable taller experimental del pintor Humberto, que sin duda ha influido decisivamente en la muy interesante obra que está realizando, aunque más lo haya hecho su vocación, talento y fuerza de voluntad. Trabaja con tintas calcográficas sobre PVC y en espacios circulares, lo cual es importante destacar porque me da la impresión de que la elección de ese formato resulta muy relevante en cuanto al resultado final de la obra por cuanto impone distintos condicionamientos expresivos y de perspectiva diferentes de los que pueden producirse en el formato cuadrado tradicional, hasta el punto de que he podido comprobar que en ellos no funciona de igual manera el universo plástico que esta pintura ha creado. Este tipo de elecciones suelen estar determinadas por una necesidad de expresión aún cuando el propio artista no sea consciente de ello y puede creer que obedece a una simple opción decorativa. Dentro de ese espacio de morfología circular va tejiendo Raquel Miranda un continuo constructivo muy versátil, fértil en posibilidades formales inspiradas en una variedad de referencias geométricas, a veces de implícito contendido arquitectónico, con sugestivas calidades texturales y tonalidades cromáticas que matizan cada plano individualizado y en su orden secuencial orquestan armoniosamente la totalidad de la composición, añadiéndose con ello una cierta medida de dimensión lírica más o menos acentuada en las distintas piezas. Son espacios en los que Raquel Miranda articula su personal planteamiento pictórico manteniendo un diálogo entre la abstracción y la incorporación de elementos fugitivos, entrevistos, más intuidos que explícitos, de la realidad: formas que pugnan por manifestarse mientras van encajando ordenadamente en el puzzle que la pintora dispone para ellas y que tampoco esconden aspiraciones de tridimensionalidad. Con el círculo como escenario de la representación, se expresa Raquel Miranda con un lenguaje propio, integrador de forma y contenido, que constituye una aportación al análisis de las formas y una apuesta por la renovación de la expresión plástica.
La artista asturiana Raquel Miranda muestra su última producción pictórica en las salas de exposición Cajastur
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España