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Las fotografías de viajes, una de las disciplinas más tempranas de la historia de la fotografía, permiten poseer lo fotografiado de forma simbólica. Su coleccionista puede sentirse propietario de los lugares, países o personas que aparecen en ellas, aunque no los conozca más que a través de una imagen. Los cinco proyectos que se presentan en De viaje son diferentes entre sí, pero en todos están presentes las fotos y los viajes.

No era aquí, del madrileño Juan Valbuena, recoge fotografías en blanco y negro tomadas en ciudades como Barcelona, Marsella, Nápoles, Atenas y ... Estambul que forman parte de su trabajo en torno a los puertos mediterráneos. Desde una perspectiva más familiar y cercana, ¡América Latina con un bebé en la mochila!, de Ana Paula Paiva y Fernando Martinho, retrata el primer año de vida de su hijo João, quien apenas recién nacido recorre su personal Grand Tour a través de 8 países de Sudamérica. El mexicano Pablo López presenta a su vez Terrazo, una serie de paisajes que abordan la relación del hombre con su entorno a través de imágenes urbanas, tomadas en la periferia de México DF, e imágenes más “naturales” tomadas en la región de Chiapas. Diario de motocicleta, 2007, instalación del bogotano Mateo López, recoge fotos, dibujos, mapas, objetos encontrados y maquetas a modo de diario de su viaje desde Bogotá a Medellín, y luego a Cali. Cierra la muestra el brasileño Odires Mlászho, que presenta Paisagens cambiantes, cuatro fotolibros en los que el artista aplica adhesivos a ilustraciones fotográficas para modificar la textura del papel y las gamas cromáticas, con lo que las imágenes iniciales de paisajes se vuelven irreconocibles.