De perder un nombre

Exposición / Afueras de Villanueva de Sigena / - / Villanueva de Sigena, Huesca, España
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Cuándo:
Desde 03 oct de 2020

Inauguración:
03 oct de 2020

Comisariada por:
Isabella Lenzi, Manuel Asín

Organizada por:
Diputación de Huesca

Artistas participantes:
David Bestué

ENLACES OFICIALES
Web 

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Etiquetas
Escultura  Escultura en Huesca 

       

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Descripción de la Exposición

3 de octubre. Inauguración Villanueva de Sijena. Huesca 12h Visita a la instalación en compañía de David Bestué y del naturalista Javier Blasco-Zumeta, autor del Manifiesto Científico por los Monegros (1999) Villanueva de Sijena, Huesca* 13h Visita a la casa de Miguel Servet y café Villanueva de Sijena, Huesca* 19h Encuentro con el artista y los comisarios tras la proyección del documental Monegros (1969), de Antonio Artero Sala de la Diputación de Huesca Sala de la Diputación de Huesca C/ Porches de Galicia, Huesca Aforo limitado: 30 personas * servicio de autobús gratuito desde la estación de autobuses de Huesca. Salida a las 11h y regreso a las 15h. Inscripciones en artesplasticas@dphuesca.es Aforo limitado: 30 personas De perder un nombre es un proyecto en torno a los Monegros de los comisarios Isabella Lenzi (Sao Paulo, Brasil, 1986) y Manuel Asín (Zaragoza, 1978), en colaboración con el artista David Bestué (Barcelona, 1980). Propone una mirada renovada y transversal a este paisaje de gran valor y complejidad natural e histórica, con la intención de convocar otros acercamientos y destacar aspectos poco divulgados. Se trata del primer proyecto de Bestué en un territorio con el que tiene un vínculo afectivo ya que parte de su origen familiar se encuentra en Almudáfar, un pequeño municipio situado en la comarca vecina del Bajo Cinca, al que ha regresado periódicamente desde su infancia. Las esculturas que ahora presenta se ubican a las afueras del municipio monegrino de Villanueva de Sijena (Huesca), en el solar que antes ocupó una construcción de adobe, así como en el cauce y en los alrededores del río Alcanadre. Dicho material, el adobe, así como otros característicos del propio territorio —como la sal y el azúcar— son extraídos y transformados por el artista evocando de manera indirecta distintos aspectos del lugar: su historia, su memoria, sus características geológicas, sus conflictos sociales, su actividad económica. Los parajes en los que se ubican las obras son representativos, cada uno a su manera, de los Monegros, una de las regiones más legendarias pero peor conocidas de nuestro entorno inmediato. Sobre la particular cualidad de este espacio, ha escrito Francesc Serés (Zaidín, 1972) en su libro La pell de la frontera: «En aquellas llanuras todo se volvía también llano, sin espesor, sin materia, pura abstracción (...) Una tierra que no quiere extremos porque los lleva dentro (...) Como si en un mundo tan sólido no hubiese nada que pudiese flotar sobre el resto». De modo semejante, las piezas de Bestué no solo no ofrecen una lectura unívoca sobre el territorio, sino aspiran a fundirse paulatinamente con él ya que han sido concebidas como intervenciones efímeras.

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