Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión de Valladolid, presentará desde el próximo día 1 de septiembre y hasta el 30 de octubre la exposición De Pablo PICASSO a Richard SERRA. 20 años de la Galería Guillermo de Osma. Esta exposición, reúne obras de artistas indispensables como Picasso o Chirico, artistas que fueron testigos de los cambios estructurales que el siglo XX exigía al Arte. Además se exponen obras de artistas como Richard Serra, descubierto por el famoso galerista Leo Castelli, demostrando que en el reconocimiento de estos grandes maestros se encuentra la sombra de grandes marchantes y galeristas. De esta manera podremos contemplar obras de Joaquín Torres-García, Pablo Picasso, María Blanchard, Albert Gleizes, Georges Braque, Juan Gris, Le Corbusier, Giorgio de Chirico, Rafael Barradas, Man Ray, José de Togores, André Lothe, Joan Miró, Benjamin Palencia, Manuel Ángeles Ortiz, Francisco Bores, Alfonso Olivares, Alexander Calder, Henri Michaux, Luis Fernández, Maruja Mallo, Victor Brauner, Esteban Vicente, Hernando Viñes, Oscar Domínguez, Victor Vasarely, Ramón Gaya, Roberto Matta, Eugenio Granell, José Guerrero, Pablo Palazuelo, Antoni Tapies, Eduardo Chillida, Martín Chirino, Manuel Millares, José Gurvich, Arman, Sol Lewitt, Manuel Rivera, Luis Feito, Lucio Muñoz, Antonio Saura, Cesar Paternosto, Rafael Canogar, Christo, Joan Rabascall, Eduardo Arroyo, Richard Serra, Carmen Calvo, Dis Berlin, Equipo 57, Equipo Crónica. La selección de las obras se ha realizado de los fondos de uno de los galeristas más importantes de Europa, que justamente celebra este año su veinte aniversario: Guillermo de Osma. Se presenta obras de grandes artistas, obras que aún no se encuentran en museos, pero que gracias a buenos, galeristas, se encuentran a salvo. Conviene señalar pues que las obras reunidas forman parte de la colección de la galería, no de la particular del galerista. La exposición se ha dividido en cuatro bloques temáticos que hasta cierto punto reflejan la evolución de la galería, desde esa inicial dedicación exclusiva a los aspectos menos conocidos de las primeras vanguardias españolas, hasta los últimos años, más eclécticos (Luis Gordillo, 1960, Eduardo Chillida, Sculptures, paintings and works on paper de Richard Serra, Geometrías de Rodchenko a Sol LeWitt, Antoni Tàpies1950-2000, Dis Berlin, etc..), pasando por la paulatina aproximación al arte español y europeo de los 50 (Arte español de los 50, que viajó a la Fundación Picasso de Málaga, José Caballero años 50, Washington Barcala, Granell, Guerrero, Michaux, Esteban Vicente, Ramón Gaya, Saura, Feito, Rivera y Millares, etc..). El espectador detectará enseguida la rareza de las piezas, muchas de las cuales -por ejemplo en el caso de los pintores de la Generación del 27- pertenecieron a escritores, poetas e intelectuales de la época, como el cuadro de Barradas, que fue de Martínez Sierra: el grabado Toro atacando a un caballo (1921) de Picasso, por ejemplo, es uno de los pocos grabados para los que Picasso hizo un dibujo previo, que también se expone; el Palazuelo, el Albers, el Gaya -que está dedicado a Pérez Sánchez-, el Equipo 57, el Bores, el Rabascall -un conceptualista perfectamente desconocido-, el Planasdurá, el Blanchard, el Brauner, el Togores..., son piezas insólitas, que muestran siempre facetas desconocidas del artista. Y reparará también en que en cada uno de estos capítulos las obras de los artistas españoles de las distintas vanguardias -cubistas y poscubistas, informalistas y geométricos, conceptuales...- dialogan con las de autores extranjeros que, en muchos casos, serán más conocidos por el público español que los nuestros. Evidentemente, esa confrontación es fundamental para Guillermo de Osma por las razones que se han mencionado: una defensa de las vanguardias españolas se lleva a cabo necesariamente frente a las de otros países, como Francia, Italia, Alemania y no digamos los Estados Unidos, que hace décadas que han impuesto a sus artistas en el circuito internacional. La Galería Guillermo de Osma que se fundó en 1991 por Guillermo de Osma, tras una experiencia de nueve años en Nueva Cork, es un claro ejemplo. La galería se dedica principalmente a la pintura, y obra sobre papel, de los siglos XVII al XX. Está especializada en las vanguardias históricas españolas. Desde sus comienzos ha llevado a cabo más de setenta exposiciones entre las que destacan, entre otras, las monográficas dedicadas a Maruja Mallo, Joaquín Torres-García, Óscar Domínguez, Richard Serra, Picasso, Miró, o Le Corbusier, por citar un breve ejemplo. ----------------------------------- EL ARTE DE LAS GALERÍAS Por Marisa Oropesa La función de la galería de arte en sus orígenes era diferente a la que desempeña actualmente, teniendo ese nombre un sentido distinto al de hoy. Nos limitamos a pensar en la faceta comercial que conlleva, por lo tanto, en las transacciones que en ese lugar se realizan, convirtiendo al galerista en un comerciante más que forma parte del sistema económico. Sin embargo, una galería tiene más funciones y no está tan alejada de su contexto original. El uso de esta palabra tiene sus orígenes en Florencia, cuando Giorgio Vasari (1511-1574) construyó por encargo de Cosme I de Medicis la Galeria degli Uffizi. Este edificio empezó a construirse en 1560 y hasta 1580 no fue finalizado. En él se almacenaron las obras de arte que conformaban la colección de la familia Médicis, los mecenas más importantes del Renacimiento. Tras esta vendría la Gallería Borghese en las afueras de Roma, siendo construida a principios del siglo XVII y donde puede disfrutarse de la colección iniciada por el cardenal Scipione Borghese (1576-1633). De este modo, el origen de la galería como tal carecía de todo tipo de significado económico, representando un espacio en el que los mecenas albergaban sus colecciones de arte. La Historia del Arte siempre ha estado ligada a las grandes colecciones de la Antigüedad y las pinturas del Renacimiento, sin olvidar la Edad de Oro o la Holanda del siglo XVII. Sorprendentemente, no fue hasta el siglo XIX cuando se produjo un desarrollo del mercado del arte: la Revolución Industrial permitió un mayor reparto de las riquezas, lo que conllevó a la creación de un mercado más dinámico. En consecuencia, el concepto de galería fue evolucionando, por atraparte, los artistas ya no eran artesanos que trabajaban por encargo o que se encontraban bajo la protección de los mecenas. Los pintores y los escultores estaban cara a cara ante una situación novedosa y entonces surgió la figura del intermediario entre el cliente o coleccionista y el artista. Así los marchantes de arte fueron una figura esencial para el desarrollo del arte moderno ya en el siglo XIX. La figura de un nexo de unión que acercará el arte al público era imprescindible, de ahí el nacimiento del marchante. En una época en la que, por lo general, el artista tenía que malvivir por los pocos recursos que tenía, la figura del marchante se entendió como el nuevo mecenas de una nueva era, un protector que ponía en valor el trabajo del artista. Las obras de arte siempre han poseído un valor económico y con el aumento de las riquezas el número de los posibles coleccionistas también se multiplicó. Desde entonces el arte cuenta con numerosos agentes que contribuyen a su difusión y a su evolución, los comisarios, los museos, los críticos de arte, los anticuarios, los mecenas, los bancos privados y, por supuesto, los galeristas. Es esencial, llegados a este punto, nombrar a algunos de los marchantes más importantes de la Historia del Arte para entender la figura del galerista. Un hombre imprescindible para comprender la relación entre el artista y el coleccionista fue el marchante francés Paul Durand-Ruel (1831-1922). Fue, sin duda, un precursor en la escena internacional del mercado del arte llegando a tener galerías en París, Bruselas, Londres o Nueva York. Resulta una figura clave en la Historia del arte principalmente por el apoyo que prestó a la Escuela de Barbizon y años más tarde a los Impresionistas. Trabajaba en base a unas pautas que aún hoy podríamos calificar como indispensables en un mercado dinámico e internacional: la protección del arte ante todo, la exclusividad del trabajo de sus artistas, exposiciones individuales, una red de galerías internacionales, el acceso gratuito a éstas, promover el trabajo de los artistas a través de la prensa y asociar el mundo del arte con el de las finanzas. La francesa Berthe Weil (1865-1951) empezó como marchante de arte en los primeros años del siglo XX, fue la primera mujer galerista y la primera galerista en exponer la producción artística de las mujeres. Siempre mostraba obras de artistas jóvenes, dándoles así la oportunidad de entrar en un mercado emergente en esos años. Los espacios donde podían exponer en esa época eran casi inexistentes, mostrando sus obras en tiendas de vendedores de materiales de Bellas Artes o enmarcadores. Weil proporcionó un lugar donde se podían admirar óleos que a veces incluso estaban húmedos ya que los artistas se apresuraban en presentárselos apenas terminados para que ella los colgara en las paredes de su local. Algunos de ellos fueron Derain, Braque, Utrillo o Modigliani, hoy considerados grandes maestros. Fue además la primera marchante de Picasso en París en 1901 y de los fauvistas contribuyendo a la promoción del arte moderno, siendo una visionaria capaz de descubrir y apoyar a nuevos talentos. Daniel-Henry Kahnweiler (1884-1979), además de marchante de arte fue coleccionista y escritor. En 1907 abrió una galería en París en la rue Vignon donde exponían Picasso, Braque, Gris y Derain. Hasta después de la primera Guerra Mundial no se asoció con André Simon con quien abrió una nueva galería. Sin él, hoy no podríamos entender el arte y no hubiéramos podido disfrutar de las obras de los grandes genios del siglo pasado. Porque los marchantes no eran sólo unos comerciantes: tenían un olfato especial para distinguir a los grandes artistas, y prestaban su apoyo económico a los creadores que consideraban meritorios, estableciendo un clima familiar y posibilitando una relación entre el artista y el coleccionista. Estos marchantes que empezaron con su ardua labor a finales del siglo XIX brindaron su incondicional apoyo a los artistas que hoy están en muchos museos del mundo. ¿Qué hubiera sido de los Impresionistas si Durand- Ruel no les hubiera apoyado económicamente? y, ¿qué hubiera sido del fauvismo sin Weil o del cubismo sin Kanwheiler ? Lo más probable es que en nuestros días no pudiéramos hablar de estos movimientos y que los artistas nunca se hubieran atrevido a romper todas las barreras establecidas por los gustos académicos que predominaban en los Salones.¿ Cómo hubieran podido entrar en contacto con los coleccionistas en un mercado emergente? Sin la figura del galerista, la frase de Pablo Picasso no hubiera cobrado sentido: 'Un pintor es un hombre que pinta lo que vende. Un artista, en cambio, es un hombre que vende lo que pinta.' Por eso la figura del galerista es una figura esencial e indispensable para el Arte Moderno. Esta exposición, realizada con los fondos de la Galería Guillermo de Osma, reúne obras de artistas indispensables como Picasso o Giacometti, artistas que fueron testigos de los cambios estructurales que el siglo XX exigía al Arte. Además se exponen obras de artistas como Richard Serra, descubierto por el famoso galerista Leo Castelli, demostrando que en el reconocimiento de estos grandes maestros se encuentra la sombra de grandes marchantes y galeristas. Porque la labor de un galerista no se limita a la venta o el comercio, la labor del galerista es acercarnos al arte, participar en el desarrollo de este y permitir que el público pueda ver las obras de los artistas en los que cree, porque como dijo Marcel Duchamp: 'Contra toda opinión, no son los pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros'. Marisa Oropesa Comisaria de la exposición
Artistas: Joaquín Torres-García, Pablo Picasso, María Blanchard, Albert Gleizes, Georges Braque, Juan Gris, Le Corbusier, Giorgio de Chirico, Rafael Barradas, Man Ray, José de Togores, André Lothe, Joan Miró, Benjamin Palencia, Manuel Ángeles Ortiz, Francisco Bores, Alfonso Olivares, Alexander Calder, Henri Michaux, Luis Fernández, Maruja Mallo, Victor Brauner, Esteban Vicente, Hernando Viñes, Oscar Domínguez, Victor Vasarely, Ramón Gaya, Roberto Matta, Eugenio Granell, José Guerrero, Pablo Palazuelo, Antoni Tapies, Eduardo Chillida, Martín Chirino, Manuel Millares, José Gurvich, Arman, Sol Lewitt, Manuel Rivera, Luis Feito, Lucio Muñoz, Antonio Saura, Cesar Paternosto, Rafael Canogar, Christo, Joan Rabascall, Eduardo Arroyo, Richard Serra, Carmen Calvo, Dis Berlin, Equipo 57, Equipo Crónica.
Premio. 27 ene de 2025 - 10 mar de 2025 / Vitoria-Gasteiz, Álava, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España