Una vez se lo escuché a Javier Reverte: el hombre que viaja es siempre distinto al que no lo hace. El fotógrafo que viaja también es diferente. Y Andrés Ferrer es un viajero que nos ofrece imágenes de lo que ha visto. Por eso, De lo observado es un buen título para esta exposición. Sobre todo cuando lo observado nos aleja de los falsos cosmopolitas, de los que sólo bendicen lo que se encuentra lejos, de los que se decepcionan con lo cercano cuando lo más cercano es uno mismo. Pero en lo que Andrés Ferrer ha visto hay mucha mitología cotidiana. Hay rincones recónditos. Hay narrativa. Hay espectadores ocultos, simetría y más escenarios de lo que pueda parecer. Y hay un discurso estético que quizá no quiere serlo desde un diario, casi imperceptible pero muy real, cuyo autor es el propio Andrés ... Ferrer.

Fernando Sanmartín

(Catálogo «De lo observado», 2009)