Descripción de la Exposición
Madrid, 1 de diciembre de 2023.- Ana Mª Marín muestra lo femenino más allá de la expresión de la belleza en 15 esculturas, que se pueden ver y tocar en el Museo Tiflológico de la ONCE, calle La Coruña, 18 (Madrid), hasta el 13 de enero de 2024, en horario de martes a viernes, de 10:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:00; sábados, de 10:00 a 14:00, cerrado domingos y festivos.
Ángel Luis Gómez, director de Promoción Sociocultural, Artística y Deportiva de la ONCE, Imelda Fernández, consejera general de la ONCE, Fran Maldonado, coordinador del Museo Tiflológico, la propia Ana Mª Marín y Mireia Rodríguez, técnica del Museo Tiflológico inauguraron la exposición en la tarde de ayer.
“Exponer en el Museo Tiflológico es un lujo, me hace una ilusión especial, porque desde hace 20 años, como escultora, me he especializado en hacer interpretación del patrimonio táctil, hago maquetas táctiles. Y en esta exposición presento mi obra personal”, señalaba Ana Mª Marín durante la inauguración. Para la escultora, quienes vean y toquen su obra “van a encontrar mi proceso personal, mi búsqueda más íntima, porque me expongo, en el más amplio sentido de la frase”.
“Protagoniza la exposición lo femenino porque encontré las venus, la parte más antropológica de nuestra historia y la simbología de la mujer grávida que es el símbolo de la fertilidad”, así resumía Ana Mª Marín la obra que expone en el Tiflológico.
Imelda Fernández comentó las características del Tiflológico, “que es un referente para otros museos, porque la cultura es importantísima. Lo que quieren transmitir los artistas lo disfrutamos unos con la vista otros con las manos, pero lo importante es que el arte es para todos”.
Ana Mª Marín, nacida en Barcelona, afirma que indagar en la escultura ha sido una manera natural de vivir. Comienza modelando con arcilla y es en la escuela de arte donde descubre el cuerpo femenino como materia de estudio. En un principio sus esculturas eran figuras femeninas en las que encontraba expresiones de armonía, emociones de intimidad, deseos de recogimiento o expresiones de la naturaleza.
Profundiza hasta que descubre las venus prehistóricas, con las que comprende que lo femenino va mucho más allá de la expresión de belleza. Esta conclusión le lleva a crear esculturas que tratan de expresar el sentido íntimo de la vida. Las venus se convierten en lo que la escultora denomina ‘Mater-Ágora’, símbolo de creación y concordia, que evocan a la madre naturaleza que nos acoge en su seno.
La exposición está dividida en tres áreas. ‘Ámbito I, Eva. La feminidad simbólica’, que se enmarca en un lenguaje figurativo, con formas realistas, con las que busca expresar la feminidad mostrando emociones de intimidad, recogimiento, armonía y creación.
‘Ámbito II, Venus. La diosa representada’, se cambia al lenguaje abstracto. Las obras dejan de tener un nombre propio y se enmarcan en series de búsqueda, de introspección. Es el camino que lleva a la memoria primordial: el conjunto de venus del período Magdaleniense, situado 12.000 años a.C.
Finalmente, ‘Ámbito III, Mater Ágora. El espacio que muestra caminos de Paz’, en el que la forma se libera y se convierte en un receptáculo capaz de acoger conceptos como la accesibilidad y la inclusión. Los conceptos son acogidos en los diferentes huecos-refugio, ofrecidos por la serie Mater-Ágora, cuya pieza central fue pensada para poder hacerse a gran escala.
Ana Mª Marín ha mostrado su obra en diversas exposiciones, como la del Museo de la Inmigración de Cataluña, Barcelona (2014); la Sala de Exposiciones de Caja Madrid (1990), ambas individuales.
Entre las exposiciones colectivas destacan la de la Universidad de Arte Maria Curie, Lublin, Polonia (2022); las del Instituto Cervantes de Bordeaux, Francia, y la Bienal de Valencia, ‘Antes Durante Después de la pandemia’ (ambas de 2021); Galería de Arte La Zubia, Granada (2013); Galería L´Etang d´Art. Bagés, Francia (2000), entre otras muchas.
El Museo Tiflológico de la ONCE
El Museo Tiflológico es accesible a todos los públicos, donde se emplean, como canales de entrada de la información, el tacto y el oído, junto a la vista. En sus salas se muestran cuatro colecciones: la de maquetas de monumentos arquitectónicos, la de obras de artistas con discapacidad visual grave, la de material tiflológico y la de libros en braille y otros sistemas de escritura anteriores a la creación de la ONCE.
Se inauguró el 14 de diciembre de 1992 y es un espacio concebido para que sus visitantes puedan ver y tocar las piezas, aunque lo que realmente lo hace original y único es el hecho de ser un museo que nace por decisión de sus usuarios y diseñado por estos a la medida de sus necesidades. En él se exhibe el patrimonio cultural de la ONCE y se desarrollan los programas de exposiciones temporales de obras de artistas ciegos y de extensión museística a través de la exposición itinerante de sus fondos.
-----------------------------------
-----------------------------------
Esta exposición de Ana María Marín Gálvez, “De la Forma al Concepto: una búsqueda que conduce del Realismo a la Abstracción” es exactamente eso, una búsqueda de hace treinta años. No tiene nada que ver con una muestra retrospectiva, donde las obras expuestas son meros testimonios, anclados en una línea cronológica de un tiempo horizontal.
Aquí no. Aquí se producen una serie de hechos, de decisiones, de descubrimientos, que combinan la horizontal cronológica con la vertical de la acumulación, del crecimiento.
Les recomiendo que lean con detenimiento el apunte biográfico de la artista, escrito de su puño y letra. Ahí se encuentra todo, y una parte de ese todo es lo que yo intentaré reflejar, usando como espejo las enseñanzas de Jaume Coll i Puig (1937-2015), Catedrático de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, palabras que apunté hace ahora treinta años también, definiciones que en aquel entonces no llegaba a comprender del todo y que ahora, ante el trabajo de Ana María, adquieren al fin un significado tan evidente, que las puedo aspirar a compartir.
Decía Jaume Coll que un escultor/a debe trabajar intensamente para potenciar al máximo el propio yo creativo. Mediante el trabajo constante irán surgiendo objetos, piezas escultóricas, testimonios en el tiempo que tenderán a crecer ante nuestra percepción de artista, hasta que este note que su espacio se va reduciendo. Hay gente que se queda ahí, viéndose sólo a sí misma, encerrada en un espacio cada vez más angosto, y tendiendo a una eterna repetición. Eva o la feminidad simbólica, el primer ámbito de esta exposición, podía haber sido perfectamente el inicio y también el final de ese viaje. Pero Ana María siguió potenciando su yo creativo hasta conseguir desplazarlo y dejar de verse a sí misma. Ya podía tener una idea de la esencia, del centro del objeto representado. Ahí aparece Venus, la diosa representada, como segundo ámbito de la exposición. La artista ya siente el descubrimiento del centro de cada realidad trabajada, recuperando la conciencia de cada objeto desde fuera de sí misma: es el camino que lleva a la memoria primordial.
A medida que trabaja en las diosas verticales, la artista se encuentra cada vez más con la necesidad de adentrarse en ellas. Aquí es donde la figura empieza a abrirse, pasando a una horizontalidad que ofrece un espacio donde cobijarse, un espacio para compartir, un Ágora. Esta Mater-Ágora marcará un punto de inflexión en el desarrollo artístico de la autora, pues una representación a escala grande de la obra llegará a verse habitada en verano de 2011 en Vélez Blanco, por un grupo de personas, que inmersas en el útero de la Mater, conversarán y compartirán pensamientos y vivencias sobre los diversos caminos de Paz.
Y para qué llamar caminos a los surcos del azar, decía el poeta. El azar que nos conecta con otras realidades, que nos interpela, que nos sacude, hasta hacer aflorar la necesidad, desde nuestro oficio, de colaborar con otros colectivos en pos de un objetivo común. De esta forma nacería una colaboración entre Ana María y yo mismo, hace ya más de veinte años, acercándonos al colectivo de personas ciegas y con discapacidad visual grave para aportar nuestro granito de arena en la inclusión, entendiendo inclusión como garantizar el derecho universal de todas las personas a disfrutar de la cultura en igualdad de condiciones.
La artista empezó entonces a elaborar maquetas táctiles, pensadas como herramientas para situar en museos, equipamientos memoriales y edificios singulares y/o patrimoniales, y así contribuir al acceso y al conocimiento de las diversas realidades allí expuestas, tanto en el continente como en el contenido. Veinte años después, sigue elaborando maquetas táctiles como oficio, un oficio de transformación que se imbrica con la vertiente creativa para dar lugar al tercer ámbito de esta exposición, un espacio donde desde la abstracción se enhebran, se entretejen, se encuentran, sentidos caminos de Paz.
Jordi Vilalta Areñas
Comisario de la exposición
Septiembre de 2023
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España