Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- FEITO: De la explosión matérica a la cromática Cuando hace mas de seis años, Sala de Arte Van Dyck expuso la primera y única monográfica de Luis Feito que se ha celebrado en Asturias hasta la fecha, el pintor pudo comprobar personalmente en Gijón la expectación, admiración y afecto que tanto él como su trabajo despertaban en la tierra de sus ascendientes vaqueiros. La extraordinaria aceptación de sus obras por los aficionados al arte de toda España, la numerosa y acertada crítica, la profesionalidad y éxito de la galería en la organización y seguimiento de la muestra, la presencia de las máximas autoridades tanto del Principado como de Gijón y las numerosas visitas de aficionados habidas desde su inauguración, aumentaron los encuentros en Madrid entre la Dirección de Van Dyck y el artista, que se transformaron en frecuentes contactos de reciproca amistad. Como consecuencia surgió el acuerdo de celebrar una segunda y una tercera exposición que es la que se puede visitar desde el día 25 de Mayo hasta el 26 de Junio bajo el título Feito: De la explosión matérica a la cromática. En esta exposición se podrán contemplar dos etapas fundamentales en la trayectoria artística de uno de los creadores más universales de la pintura. La etapa de los años 50 hasta los 60 y la etapa actual que abarca de 2007 hasta el 2011. Por ello, esta muestra cuenta con las piezas más representativas y las más recientes de uno de los creadores más universales de la pintura, cuando el orden, expresividad, construcción y libertad junto a la firmeza del gesto son hoy tan necesarias al panorama del arte actual. Feito defiende la pintura utilizando el valor expresivo de gesto y firmeza. ? Sin duda otra deferencia del artista hacia Van Dyck es el hecho de que a petición de la galería, Feito proporcionará las obras de esta exposición seleccionadas de su propia colección y que pertenecen a la etapa más buscada y prácticamente agotada en el mercado, dados los años transcurridos. Pertenecen a la etapa matérica del artista en cuyo tiempo irrumpió el informalismo español con los grupos El Paso (Madrid) y Dau al Set (Barcelona). Luis Feito fue como sabemos uno de los principales fundadores del primero de estos grupos que marcaron la Historia del Arte en nuestro país. Estas piezas se podrán ver reunidas en una de las dos salas de la galería mientras que en la otra sala podremos apreciar el talento actual de su pintura más reciente donde la explosión cromática es patente. Impulso, creatividad, vigor, fuerza expresiva son algunos de los componentes de esta etapa creativa del artista. Respecto a los aspectos artísticos de su obra, tan extensos como sobradamente explicados por los estudiosos del arte en su abundante bibliografía, deseamos únicamente recordar la variedad reflexiva de su lenguaje plástico en continua evolución pomo pudo verse reflejada en su todavía reciente exposición en el Museo Reina Sofía y en los Museos mas importantes del Mundo. Alejandría, Guggenheim y MOMA de Nueva York, Roma, Paris, Zúrich, Montreal, Tokio, Arte Contemporáneo de Madrid, Fundación Juan March,... Dirección Sala de Arte Van Dyck ------------------------- FEITO, EN CÍRCULO Y EN LÍNEA Alguna vez ha dicho Luis Feito que, si tuviese que someter su pintura a una depuración tal que le forzase a escoger uno solo de los elementos con los que ha trabajado, la dejaría reducida al círculo; una elección congruente con lo que casi todos los que conocemos su obra asociamos inmediatamente con ella... pero que, aun así, no deja de ser llamativa. Porque es obvio que Feito ha atravesado por muchas etapas muy distintas, y en muchas de ellas la figura del círculo ha estado ausente. O, incluso estando presente, no ha sido necesariamente la dominante. Se me ocurre que al elegir el círculo como aquello que salvaría de su obra, en realidad Feito salva de algún modo su obra entera; si no en la materialidad concreta de sus formas, sí en el espíritu y en la configuración del conjunto. En su simplicidad, en su perfecta clausura, el círculo resume en todas las tradiciones simbólicas los ideales que definen la aspiración profunda de esta pintura perpetuamente insatisfecha y perpetuamente autoexigente, en ruta sin descanso y sin sosiego hacia un horizonte de totalidad, quietud y silencio. La circularidad simboliza también la solidaridad indestructible entre principio y fin, su indistinción, y la tensión perfecta y homogénea entre cada punto y el centro común de todos ellos. De ahí que en el trabajo de Feito se pueda contemplar de este modo: como un gran círculo generado por el poderoso e invariable sistema de tensiones que opera en el núcleo de cada una de sus etapas y en su conjunto. Todas ellas equidistan de ese conflicto esencial, lo repiten en un punto distinto y de un modo distinto, y cada una de ellas aspira a ser en sí misma germinal y terminal; parte desde cero, en una agónica reinvención de sus posibilidades y de sus imposibilidades, ensayando respuestas distintas a una idéntica aspiración manifestar una verdad trascendente, un misterio de carácter profundamente espiritual y escenificando una misma dramática limitación: la de pretender hacerlo a través, y solo a través, de los medios físicos y limitados de la pintura y de las fuerzas y las mañas, también limitadas, de un ser humano. En ese sentido la pintura de Feito traza un círculo que es sobre todo un el rastro de un cerco: un merodeo permanente hacia ese centro inalcanzable que consiste en su distancia respecto a los intentos por alcanzarlo y que, con todo, no resta valor a las tentativas ni autoriza la inacción. El propio Feito lo ha dicho mejor: 'Puede haber una gran distancia (...) entre pensar, decir lo que nos proponemos, nuestros deseos y objetivos y entre lo que en realidad conseguimos con nuestro trabajo, que es lo único definitivo que existe y cuenta en cuanto a pintor'. Pero todo esto es posible pensarlo con toda una obra y una trayectoria delante de los ojos. En realidad, las cosas siempre se viven de otra manera: en sucesión, en línea recta. Como en algunos de los cuadros más poderosos de Feito, nuestra visión del tiempo impone lo lineal a lo circular y la forma ordenada a lo que carece de una forma definida. Puede que el tiempo cósmico sea una gran rueda, pero la vida y lo que hacemos con ella se producen a nuestros ojos como un segmento, una serie de momentos sucesivos con un principio y un fin (y a veces, como en el caso de Feito, con principios y con fines). Además, la mentalidad occidental tiende a pensar en línea, a fabular progresiones y regresiones, a forzar relatos ordenados secuencialmente que empiezan y acaban propulsados por algún tipo de sentido. Para el caso: es posible que la pintura de Feito sea en su conjunto refractaria a los relatos evolutivos y lineales; que la sucesión de cada etapa pudiera haberse secuenciado de otro modo y que sea difícil, desde el punto de vista de su continuo cuerpo a cuerpo con el misterio, privilegiar una respecto a las otras. Pero el hecho cronológico, biográfico, biológico, es unas cosas se han pintado antes que otras, y que, desde el punto del tiempo en el que estamos de la vida de la obra de Feito, resulta significativo y especialmente enriquecedor leerlas en ese orden. Por eso resultan especialmente iluminadoras las obras seleccionadas para esta exposición, en referencia a los dos extremos del segmento de una trayectoria artística, y en el contraste que se establece entre ellas. Lo que los ojos extraen de ahí es un intenso relato casi cosmogónico que se inicia en forma de una densidad extrema que parece sofocar la luz y que acaba, por el momento, en una gran explosión, un big bang pictórico. Una visión perfectamente compatible con la concepción de Feito de la pintura como creación en el sentido fuerte de la palabra, y de su ejercicio como un proceso permanente de cambio guiado por fuerzas análogas a las de la naturaleza misma en su espontaneidad. La selección de obra se inicia cronológicamente con varios dibujos de finales de los años cincuenta en los que un joven pintor recién llegado a la abstracción establecía, como un agrimensor, las primeras demarcaciones de su territorio: líneas abstractas, pero de gran fuerza orgánica, trazadas sobre una compleja superficie de óleo y pintura a la caseína a modo de coordenadas para el despliegue de energía que ya estaba produciéndose. Una primera demostración de libertad sintonizada plenamente con la renovación de la pintura española, y que Carmen Bernárdez Sanchís ha relacionado con «los rituales cosmogónicos de fundación», que se inician con «un trazado inicial en un lugar especialmente indicado previamente mediante signos, sueños o prodigios» Los óleos de esa misma época son ya plenamente representativos. En ellos genera violentos claroscuros que proceden directamente de una sensibilidad barroca, profundamente española, pero la rebasan hacia una espiritualidad más profunda y cósmica en su mezcla de misticismo y sensualidad: densas y oscuras masas de óleo y arena eclipsando una radiación de fondo en la que vibra una luz primigenia. Dejan testimonio de las siguientes etapas del pintor, respectivamente, un acrílico sobre papel del año 1962 en el que la materia se hace más plástica y delgada y el claroscuro vira al contraste entre rojo y negro, y óleos en los que el dramatismo se suaviza, pero se incrementan la plasticidad y la expresividad del color a través de generosos planos de pintura con la aparición de un característico amarillo. Pero el contraste verdaderamente relevante es el que enfrenta, en fuerte elipsis, estas muestras de primera madurez con las del Feito actual; la densidad y el automatismo trabajosamente contenido de aquella pintura con la actual deflagración de rojos, negros y violetas cuya violencia y fluidez tienden a desbordar el cuadro. Es aquí donde cobra sentido mirar estas obras no solo en su carácter autónomo y clausurado, sino también en su inserción en determinados puntos de la línea vital; porque resulta del mismo modo relevante, y añade al valor puramente estético un plus ético que no ha de disgustar a su autor, constatar en ellas el modo en el que el joven y arrebatado pintor supo imponer reflexión a la pasión, y el modo en el que hoy Feito sigue haciendo buena, rebasados los ochenta, la descripción de su modo de pintar que daba en su ingreso en la Real Academia de San Fernando: «Algo que salía de las tripas directamente por el brazo y por la mano (...) con naturalidad, con la fluidez con la que corre un río, salvando obstáculos y pasando a través de ellos». Pintar de un modo tan explosivo como si se pintase, una vez más, desde el origen mismo de esta pintura. Juan Carlos Gea Mayo, 2012
La exposición es un recorrido por el inicio de su carrera artística, años 1953 hasta 1970 y su etapa actual.
Exposición. 26 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España