Descripción de la Exposición
De Durero a Picasso
La exposición “De Durero a Picasso, Cinco Siglos de Grabado en Metal” que ahora se presenta en el Museo de Arte del Tolima, hace un recorrido amplio por la historia y la técnica del grabado desde el trabajo del alemán Alberto Durero a comienzos del siglo XV, hasta los grabados de Pablo Picasso, a mediados del siglo XX, incluyendo a grabadores destacados de las principales escuelas y movimientos de la gráfica europea.
Historia y contexto del huecograbado
El grabado en metal llamado también grabado calcográfico o huecograbado, es el resultado de una impresión en papel de la tinta depositada en unos surcos, incisiones o huecos realizados sobre una lámina plana con diferentes materiales y técnicas. Aunque el arte de estampar un dibujo sobre una superficie se remonta a más de tres mil años atrás cuando los sumerios imprimían sobre arcilla húmeda dibujos tallados en cilindros de piedra, las técnicas del huecograbado solo pudieron surgir hacia mediados del siglo XVI, cuando en Europa se reunieron todas las condiciones para poder sacar una impresión en papel de una imagen hecha por la tinta depositada en los surcos de una lámina metálica. Se necesitó la invención del papel por los chinos y que éste llegara a Europa, el desarrollo y construcción de prensas precisas y el dominio de ácidos y herramientas en manos de hábiles orfebres, armeros y talladores.
Parece que ya a mediados de 1450 el grabado estaba “inventado” y su popularización corrió por cuenta del desarrollo de la imprenta de Gutenberg y los libros impresos que utilizaron imágenes casi desde sus orígenes. Las técnicas básicas para hacer las líneas sobre la plancha eran conocidas desde el inicio de las primeras estampaciones y son: la punta seca donde se raya la lámina con una punta de acero, el buril que hace líneas sacando un bocado de la lámina y el aguafuerte donde son ciertos ácidos quienes “muerden” o atacan la lámina formando las líneas huecas, mientras ceras y betunes protegen del ácido otras zonas del metal. El mezzotinto, o media tinta, que consiste en sacar blancos de una lámina rallada en su totalidad hasta dar negro profundo, se desarrolla en el siglo XVII y es hasta el siglo siguiente que surge la aguatinta donde el ácido produce amplios tonos de grises y las técnicas como el lápiz o crayón, el grabado al azúcar y demás que se derivan de esta.
Desde sus inicios la producción de imágenes fue lógicamente acorde a los temas tratados en los libros donde servían de ilustraciones, desde dibujos anatómicos para libros de medicina, dibujos arquitectónicos y ornamentales, vistas de ciudades y planos para libros de dibujo, arquitectura y geografía, hasta las imágenes religiosas para acompañar la enorme producción de biblias, misales y libros religiosos; entre muchos otros temas. Sin embargo también desde sus inicios el grabado en metal encontró un sitio privilegiado entre los grandes creadores de su tiempo como Alberto Durero, Andrea Mantegna, Antonio de Pollaiulo, Lucas Cranach o Lucas van Leyden, entre muchos otros que crearon imágenes especialmente desarrolladas para ésta técnica. Desde que Rafael Sanzio se hiciera famoso internacionalmente tras contratar al grabador Marcantonio Raimondi para que le hiciera la reproducción seriada de sus obras, otros pintores, que no trabajaron personalmente sus láminas, pagaron a hábiles grabadores para que reprodujeran sus obras como una manera de popularizar sus nombres y comercializar las imágenes, tal fue el caso de Rubens o Lucas Giordano, entre muchos otros. Estos grabadores profesionales fueron contratados también por iglesias, conventos y coleccionistas para interpretar en estampas las grandes pinturas y de esa manera contribuir a la difusión de esas imágenes por motivos muchas veces religiosos. Durante todo el siglo XIX los museos mandaron a reproducir en grabado las piezas más importantes de sus colecciones también con fines principalmente promocionales y de sustento.
La mayoría de las veces el número de impresiones de los grabados dependía de la demanda, y se podían seguir imprimiendo después de muerto el autor. Incluso en algunos casos, como sucede con el gran archivo de láminas de la Calcografía Nacional de España que pertenece a la Academia de San Fernando, todavía imprime ediciones especiales de su colección, con grabados de Mariano Fortuny, Francesco Hayez o Ricardo Baroja, entre otros. Recientemente fueron vendidas un número importante de láminas de Rembrandt y se espera que próximamente los nuevos dueños hagan unas ediciones de lujo tras una concienzuda restauración.
La gráfica de autor de ediciones numeradas y firmadas como la conocemos hoy en día, fue un proceso lento y gradual que se desarrolla entrado el siglo XX, en parte por la gran valorización de las piezas únicas de los artistas modernos y el fortalecimiento del mercado del arte, dando un valor de original seriado a las estampas que ya no eran necesarias como elementos para la difusión de las obras y los artistas tras el surgimiento de los sistemas ófset de impresión, de la fotografía y otras formas masivas de comunicación.
La colección
Desde que a mediados del siglo XV comenzaran a difundirse las técnicas de grabado, casi de manera simultánea empezaron a surgir quienes se interesaban por coleccionarlas. Ya a mediados del siglo siguiente Giorgio Vasari, el artista, arquitecto y biógrafo de los artistas del renacimiento, era un asiduo coleccionista de dibujos y grabados que le permitían tener un acercamiento personal con los más conspicuos creadores de su tiempo. Desde entonces, al igual que Vasari, otros dibujantes y pintores llegaron a coleccionar estampas incluso para utilizarlas de modelo para sus obras. Es a través de esas imágenes impresas que América conoce las grandes creaciones del arte europeo, de cuyos modelos se nutre durante el largo periodo colonial, principalmente de aquellas estampas que reproducían las obras de los pintores más famosos o los temas religiosos más populares. Los libros y cuadernos de estampas eran una parte fundamental del taller antiguo, eran su biblioteca básica, moneda de cambio, archivo de imágenes y fuente de información hasta casi entrado el siglo XX.
Esta muestra surge con el mismo espíritu de estudio que las de aquellos creadores antiguos, por eso se reúnen allí las gráficas de reproducción realizadas por insignes grabadores junto al trabajo creativo de quienes como Rembrandt o Goya abrieron el camino para la gráfica de autor como la conocemos hoy en día. Las piezas han sido escogidas por su significado dentro de la historia del grabado y el aporte individual de cada uno de esos grabadores a las técnicas calcográficas buscando ejemplos representativos y didácticos e incluyendo algunos autores considerados como los más grandes grabadores de todos los tiempos.
Es así como encontramos grabados al buril de Goltzius y Durero, maestros indiscutidos del género, unos de los aguafuertes más famosos de Rembrandt, Goya, Salvator Rosa y Fortuny; una vista arqueológica que es preludio de las inquietantes cárceles de Piranesi y un ejemplo indiscutible de los grabados irónicos de Hogarth el más famoso grabador inglés. Obras de culto dentro de los especialistas en antiguos maestros del grabado como las realizadas por Adriaen van Ostade, Pietro Testa, Stefanno della Bella, Elias Ridinger o Adriaen Collaert.
Al lado de esa suma de grandes nombres aparecen ejemplos notables del grabado neoclásico como las reproducciones de las obras de Poussin o los dibujos a línea de los pintores nazarenos austriacos August Hoffman y Josef Ritter von Fürich.
Entre el grabado de reproducción hay piezas de enorme valor técnico como las del italiano Marco Pitteri que desarrolló los grises del grabado al buril basado en el ancho de la línea y en tramas de líneas entrecortadas en vez de líneas oblicuas, paralelas y entrecruzadas como era lo habitual y los grabados al crayón del inglés William Wynne Ryland que son capaces de reproducir de manera exacta trazos de sanguina, carboncillo o de pincel y aguada. Junto a ellos están famosos expertos en la reproducción de obras como Lucas Emil Vorsterman llamado “el pintor del buril” que trabajaba directamente para Rubens y Van Dyck; Francesco Bartolozzi que permitió la difusión de los dibujos de Guercino pertenecientes a la corona británica y un ejemplo magistral de Fabio Berardi, quien se especializó en recrear las obras del arte veneciano, entre otras.
De esta forma “De Durero a Picasso, Cinco Siglos de Grabado en Metal”, es una muestra ejemplar de lo que ha sido la historia del grabado, los nombres de quienes han sobresalido y sus posibilidades técnicas, convirtiéndose en una fuente de estímulo para jóvenes creadores y complementando muy bien otras exposiciones de arte gráfico realizadas en el Museo de Arte del Tolima.
Darío Ortiz Robledo
Lista de Artistas:Adolphe Lalauze
Adriaen Collaert
Adriaen van Ostade
Albrecht Dürer
Alexis Loir
Antón van Dyck
August Hoffmann
Bartolomé Maura
Carl Bloch
Diego Velázquez
Fabio Berardi
Federico de Madrazo
Ferdinand Jean Joubert
Fernando Selma
Francesco Bartolozzi
Francisco de Goya
Francisco Steve Valei
Gabriel Perelle
Gabrielle Poynot
Gérard Audran
Giovanni Battista Fontana
Giovanni Battista Piazetta
Giovanni Battista Piranesi
Giovanni Francesco Barbieri
Giuseppe Zocchi
Hendrick Goltzius
Henri Fantin-Latour
Ignacio Zuloaga
Jean Louis Ernest Meissonier
Jean Paul Laurens
Jean Pesne
Jean-Pierre Norblin de la Gourdaine
Johann Elias Ridinger
Jonas Umbach
Jose Espinos Alonso
José María Galván
Joseph Ritter von Führich
Katsushika Hokusai
Leopold Flameng
Louis Lucas
Luca Giordano
Lucas Vorsterman
Marco Alvise Pitteri
Mariano Fortuny y Marsal
Miguel Segui y Riera
Pablo Picasso
Peter Paul Rubens
Pietro Testa
Rafael Pellicer
Rembrandt van Rijn
Ricardo Baroja
Salvador Dalí
Salvatore Rosa
Solomon J. Solomon
Stefano della Bella
Thomas Riley
Thomas Worlidge
Victor Louis Focillon
William Hogarth
William Wynne Ryland
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España