Ana Mas Projects presenta la primera exposición individual de Rita Sala en la galería. La artista, que empezó a colaborar con la galería en 2023, ha sido incorporada recientemente como artista representada y tras su participción junto a Ana Mas Project en la feria CAN Ibiza 2023 y un solo project en INVESTEC Capo Town Art Fair 2024.
Durante los últimos años ha estado investigando sobre la necesidad humana de significar el espacio que se ocupa y se rodea, y de encontrar un sentido. Desde ahí se plantea la pintura configurando un espacio que al mismo tiempo que es contenido, contiene unas figuras que funcionan como fondo, y un fondo que es figura.
Para esta exposición la artista catalana ha trabajado un nuevo conjunto de obras, en las que recupera la práctica de la pintura al óleo. Sala ha querido centrarse, en esta ocasión, en su reflexión en torno al paisaje, entendiendo...el paisaje desde una perspectiva expandida como un viaje que atraviesa estadios, capas, mundos imaginarios y otros sistemas emocionales, sexuales y políticos. Su obra se construye sobre unas narraciones pictóricas que se van alternando y superponiendo, que circulan y se relacionan a través de diferentes localizaciones, niveles y puntos de vista. Unas idas y venidas, entre cuestiones abstractas y cotidianas, que señalan lo mismo: los seres humanos y su actividad, pensamientos y afectos, recuerdos e historias de vida.
Rita Sala sabe de límites.
Más que la mayoría de la gente, en mi opinión. Es algo de lo que hablamos mucho en relación a su escritura hace un par de años. Le interesa mucho este tema, sobre todo cómo afecta a la noción del espacio y cómo lo ocupamos.
Antes de que empiece a empujar y arrastrar espacios alrededor, mucho pensamiento y análisis ya se han convertido en una parte natural del proceso. A veces esto se hace visible a través de su práctica con la escritura, pero también a través de imágenes estáticas o en movimiento.
Dicho esto, creo que ella se definiría como pintora. No sólo como una artista que pinta. Es algo diferente, más obsesivo y extremadamente dedicado.
Todos sabemos que pintar puede parecer una actividad bastante inútil. Pero, como yo lo veo, la pintura es ideal para tratar los espacios. Es a la vez sobre y dentro. Ambas cosas al mismo tiempo.
El primero de estos espacios, que intentaré describir, existe dentro de los límites del marco. Esta es una idea más general, y creo que la mayoría de la gente se refiere a este espacio cuando habla de lo que ocurre en un pintura.
En este caso, sin embargo, se trata de una exposición en la que nos movemos dentro de un paisaje pictórico. La visión está fragmentada, pero su totalidad crea una vista panorámica. Automáticamente, nuestra imaginación se pone a trabajar para rellenar los espacios en blanco.
Las capas finas de pintura aplicadas de algún modo logran crear la más espesa de las atmósferas. Estar aquí resulta extrañamente familiar, aunque todo ocurra en un estado mental, mientras encadeno estas palabras. Sin embargo, la sensación es de estar en casa, de pertenecer.
Dalt, la Serra es un despliegue de paisajes. No obstante, la autora pone a prueba los géneros, ya que la mayoría de las pinturas están habitadas por figuras voluminosas y extrañamente atemporales.
Tengo la sensación de que si uno de estos habitantes decidiera moverse, inevitablemente se llevaría consigo el paisaje. Se les pegaría, dejando tras de sí un vacío pictórico sin pigmento, en forma de figura.
Tal como yo lo veo, los personajes se visten de algún modo con el espacio, aunque parezcan estar desnudos. Eso significa que literalmente encarnan los paisajes. Y debo confesar que me gusta mucho esa idea: cómo la ausencia de algo se convierte en el camuflaje definitivo.
Una armoniosa sensación se ve deliciosamente interrumpida por las figuras. No sólo están presentes en el paisaje, sino que forman parte de su construcción. Los cuerpos se superponen y rompen la monotonía de la belleza, que en cierto modo los despoja de su potencial divinidad.
Al humanizar las figuras, escribiendo sobre ellas, espero no estropear tu percepción de ellas, ni sus planes. Porque estoy seguro de que algunas tienen planes.
A veces las figuras se apoyan unas con otras, a veces en el horizonte. Parece que lo construyen, pero también tienen la capacidad de interrumpirlo. Técnicamente hablando, el horizonte es también lo que hace que estos cuadros sean paisajes. No me refiero sólo a cómo se aplicó la pintura.
Las imágenes están pintadas sobre la superficie con pinceladas repetitivas. Casi parece que Rita estuviera escribiendo un texto. Esto también significa que comparten una línea común, una línea que separa esto de aquello. Una frontera imaginaria cuestionada sólo por la silueta de una montaña serrada. La que da título a la exposición.
Los cuadros revelan diferentes escenas de una misma historia. Las figuras que ocupan estos paisajes podríamos ser nosotros, los espectadores. Algunos viven allí, mientras que otros están congelados en una rectificación pictórica en medio del movimiento.
La instalación invita al espectador a moverse alrededor, fuera del marco mencionado anteriormente, siguiendo caminos naturales. Esto conduce al descubrimiento de diferentes puntos de vista. Pero estos puntos también se convierten en puntos de partida para entender el paisaje como espacio.
Estos son cuadros que, obviamente, activan primero los ojos y la mente, pero luego, de algún modo, llegan a la nariz y, finalmente, al cuerpo entero.
De alguna manera, noto el olor tanto del campo catalán como del estudio donde se concibieron los cuadros. No muy lejos de donde nos encontramos, en medio de una zona industrial, pero densamente superpoblada de la ciudad.
Esto es lo que me parece fascinante: Cómo el paisaje(s) es/son a la vez panorama y primer plano.
Tengo la sensación de que a veces Rita viaja hasta allí sólo para estar a solas con el espacio.
La Sierra, es la promesa de una idea, un lugar que sólo podemos tratar de captar en el fondo. A veces a solas, a veces no.
Aunque sea naturalmente frustrante, debo decir que lo prefiero así. La potencialidad de la imaginación subjetiva se acerca mucho a lo que creo que se debe haber sentido al pintar estas pinturas.
Rasmus Nilausen, artista.
Entrada actualizada el el 21 jun de 2024
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