Descripción de la Exposición
El paisaje del Dalí surrealista es a la vez real y onírico, fotográfico y melancólico, concreto y paranoico. A través del paisaje que plasma en su obra, podemos configurar el surrealismo de Dalí, que él define, siguiendo a André Breton: “Surrealismo: automatismo psíquico puro mediante el cual se propone expresar, ya sea a través de la escritura, ya sea verbalmente o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento, dictado del pensamiento en ausencia de todo control estético o moral.“ Y que propone una incursión en zonas del subconsciente, tan reivindicado por Freud. Un subconsciente que Dalí presenta de manera precisa, con dosis de realidad e incluso de hiperrealidad.
Hombre con la cabeza llena de nubes es la obra metafórica que da paso a la muestra. Un hombre integrado en el paisaje, en el cielo, en este caso. Un hombre-ventana que nos ofrece una apertura hacia el exterior, fusionando el subconsciente con una realidad tangible. A través de estos 12 óleos de Dalí podemos incidir en los “elementos enigmáticos” y en los paisajes que hacen tan singulares sus obras, pues despiertan la curiosidad y la atracción. Paisajes que provocan. Podemos hablar de aparatos, de perspectivas y sombras alargadas, de los conceptos visible-invisible, de cipreses, de objetos surrealistas fetichistas, de espectros y fantasmas, de Freud y del psicoanálisis, de la percepción y de saber mirar. De lecturas abiertas y con múltiples significaciones, que requieren siempre, para acabar de configurarse, de la participación y de la mirada del espectador. Podemos hablar, en definitiva, del surrealismo de Dalí, un surrealismo que abraza toda su trayectoria artística y que queremos significar con Poesía de América, obra ecléctica, clásica, y también surrealista.