Descripción de la Exposición
«La explosión atómica del 6 de agosto de 1945 me estremeció sísmicamente. Desde aquel momento, el átomo fue mi tema preferido. Muchos de los paisajes pintados en ese período expresan el miedo que experimenté con la noticia de aquella explosión.»
Salvador Dalí, Confesiones inconfesables, 1973
Leda atómica es una de las obras realizadas por el pintor bajo este nuevo signo. Por aquel entonces, Dalí vivía con Gala en los Estados Unidos de América, lugar al que llegan en 1940 huyendo de la Segunda Guerra Mundial. Leda atómica proyecta la preocupación del artista por los acontecimientos de su época y, al mismo tiempo, condensa muchos de sus intereses particulares: la ciencia, el paisaje, la mitología y Gala, su compañera, inspiración y musa. En el conjunto de su trayectoria, esta pintura representa la transición entre su «época atómica» y la denominada «etapa mística nuclear». El pintor nunca se desprende de Leda atómica, y en los años setenta decide situarla en un lugar preeminente de su Teatro-Museo en Figueres. Ahora, de forma excepcional, podrá ser contemplada en CaixaForum Zaragoza gracias a la colaboración entre "la Caixa" y la Fundació Gala-Salvador Dalí para hacer posible Dalí atómico, con el objetivo de conocer en profundidad una de las obras maestras de Salvador Dalí.
El proyecto ha sido fruto de la colaboración entre "la Caixa" y la Fundación Dalí. El compromiso de colaboración entre ambas instituciones se remonta a hace unas décadas. Así, en los últimos veinte años han llevado a cabo conjuntamente destacadas exposiciones, como Salvador Dalí. Álbum de familia; Dalí y las revistas, y una de las dos grandes exposiciones del centenario del nacimiento del artista ampurdanés, Dalí, cultura de masas, muestra que en la actualidad sigue siendo la más visitada en la historia de CaixaForum Barcelona.
Este nuevo proyecto significa un paso más en esta entente histórica entre las dos instituciones. Dalí atómico analiza en profundidad el óleo Leda atómica, que abandona excepcionalmente su ubicación habitual en la Sala del Tesoro del TeatroMuseo Dalí para viajar hasta CaixaForum Zaragoza.
Toda la exposición gira en torno a esta obra, que se expondrá sola en una sala, emulando su ubicación original, y junto a una serie de piezas que ayudarán a explicar la apasionante historia que se esconde tras la obra. La muestra incluye 39 piezas originales entre pinturas, dibujos preparatorios, fotografías y documentos, así como reproducciones (facsímiles y copias modernas), audiovisuales, elementos didácticos y actividades de mediación, e incluso un experimento.
Obra clave en el paso de la «época atómica» a la «etapa mística nuclear»
En 1940, Salvador Dalí y Gala residen en los Estados Unidos, huyendo de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1946 y 1947, el artista instala su taller cerca de la ciudad de Monterrey (California), un lugar ideal para trabajar que le recuerda al cabo de Creus y su añorado Cadaqués. Es allí donde pinta Leda atómica, una obra fundamental que marca un punto de inflexión en su trayectoria. Paralelamente, las bombas de Hiroshima y Nagasaki conmocionan a Dalí e impactan en su obra de forma indeleble.
En Leda atómica, el artista proyecta su preocupación por los acontecimientos de su época y, al mismo tiempo, condensa muchos de sus intereses particulares: la ciencia, el paisaje, la mitología y Gala, su compañera, inspiradora y musa. En el conjunto de su trayectoria, esta pintura representa la transición entre las llamadas «época atómica» y «etapa mística nuclear», en que, sin abandonar el método paranoico-crítico de interpretación de la realidad, abraza la física atómica, mientras vuelve su mirada hacia el Renacimiento.
Este retorno al pasado se traduce, por una parte, en el tema elegido, el mito de Leda y el cisne; por otra parte, el uso de la perspectiva áurea se vuelve habitual en las pinturas de este período. Para aplicar las enseñanzas del tratado de Luca Pacioli La divina proporción, el pintor consulta al matemático Matila Ghyka, quien le ayuda a trasladar sus visiones al lienzo.
Análisis técnico de la obra
El estudio llevado a cabo para la exposición Dalí atómico revela cómo Dalí ha dejado atrás los experimentos juveniles y la militancia surrealista, para construir una nueva concepción de su arte. Esta transformación tiene como base la física nuclear, y combina sus sentimientos religiosos con los avances relacionados con la fisión y la fusión nucleares.
Cuando Salvador Dalí presenta por primera vez Leda atómica en la Bignou Gallery de Nueva York, el 25 de noviembre de 1947, declara que dicha pintura va a ser su primera obra maestra. Además, como acto extraordinario, Dalí expone el cuadro inacabado, con el propósito de que el público interesado pueda estudiar su técnica de ejecución junto a su libro-manual para artistas, 50 secretos mágicos para pintar, a punto de ser publicado. Todo ello pone de manifiesto la voluntad de expresar su profundo interés por los procedimientos técnicos y pictóricos, al estilo de los grandes clásicos renacentistas.
Su estudio de Monterrey, como todos sus talleres, cuenta con una buena iluminación natural, un sillón cómodo y los utensilios necesarios para pintar. El pintor se rodea de objetos e imágenes que a menudo le sirven de modelo o inspiración, ya sea la reproducción de una pintura de Rafael en el mástil del caballete o el cisne disecado de Leda atómica.
Dalí realiza un concienzudo trabajo preparatorio, consistente en croquis, esbozos, fotografías, calcos, estudios y dibujos previos. La idea que el pintor tiene en mente, Gala-Leda, se transforma en un apunte rápido y enérgico, o bien en dibujos preciosistas o estudios de alguna zona concreta que el artista desarrolla con detalle, como el pedestal o el rostro, que trata con gran riqueza de recursos técnicos. El pintor también utiliza la fotografía, ya sea en forma de recordatorio de la modelo -Gala posando para Leda-, o bien para registrar la evolución de los dibujos que constituirán la pintura final.
El estudio técnico de Leda atómica nos revela que el artista aplica las capas pictóricas sobre el lienzo siguiendo sus propias indicaciones escritas en 50 secretos mágicos para pintar. Tras un minucioso proceso creativo y de trabajo al estilo tradicional, Dalí no escatima esfuerzos ni tiempo para hallar los materiales y las técnicas pictóricas más adecuados, que muestran su respeto por la técnica y el oficio, así como su preocupación por que sus obras perduren. ¿Acaso busca en su obra la inmortalidad?
Inmersión completa en la obra
Con el objetivo de entender completamente las múltiples ramificaciones de la obra central y su contexto, la exposición pone en juego diferentes estrategias museográficas como audiovisuales, paneles con información gráfica, elementos manipulables e, incluso, un experimento científico.
Una gran instalación audiovisual da la bienvenida a los visitantes y les sumerge en el antes de la concepción de la obra -tanto en el momento histórico como en la trayectoria de Dalí-. Durante el recorrido de la muestra se encuentran cuatro audiovisuales más que se detienen en otros aspectos que obsesionaron al artista, como Gala, la proporción áurea, o la física atómica.
En la sala dedicada a la relación de Dalí con la ciencia («Dalí y la física atómica»), los textos ayudan a comprender la relación entre la física atómica y fenómenos como los campos de fuerzas mediante la obra Leda atómica, donde todos los elementos parecen estar en flotación. En esta sala, se reproduce el citado fenómeno por medio de un experimento que muestra elementos como los del cuadro en flotación real (mediante un sistema de campo de fuerzas activado por electroimán).
Posteriormente, descubrimos cómo Dalí, emulando a los pintores clásicos, aplica la proporción áurea a la composición de la obra. Paneles con ejemplos gráficos, un vídeo y dispositivos manipulables permiten a los espectadores comprender este concepto. En este mismo ámbito, los visitantes descubrirán que el mito de Leda y el cisne es un tema clásico de la pintura gracias a una recopilación de obras reproducidas en un libro de gran formato.
Actividades en torno a la muestra y catálogo
La exposición se completa con actividades orientadas a todo tipo de públicos, desde la conferencia a cargo de la comisaria hasta las visitas específicas para público general, familiar, educativo, etc. Además, un catálogo incluye textos del presidente de la Fundación Bancaria "la Caixa", Isidro Fainé, y del presidente de la Fundación Dalí, Jordi Mercader, así como de Carme Ruiz, comisaria de la muestra; Irene Civil, jefa de Conservación y Restauración de la Fundación Dalí; Bea Crespo, Lucia Moni, Fiona Mata y Clara Silvestre, coordinadoras del Centro de Estudios Dalinianos de la misma institución; Josep Perelló, físico, y Enrie Ucelay, historiador.
El diseño del catálogo es obra de Alex Gifreu. Paralelamente, se ha editado material promocional y de difusión consistente en cuatro cápsulas audiovisuales, a cargo de DocDoc Films y de Nueve Ojos, que estarán disponibles en la web de CaixaForum Zaragoza, y que formarán parte del contenido de la exposición.
ÁMBITOS DE LA EXPOSICIÓN
El taller
Dalí llega a la península de Monterrey (California) en 1941. De 1946 a 1947, instala su taller cerca de la ciudad de Monterrey, en un lugar tranquilo, agradable e ideal para trabajar. Además de Leda atómica, allí pinta las obras que presentará en su próxima exposición de Nueva York. Dalí se siente muy cómodo en ese entorno, ya que le recuerda al cabo de Creus y su añorado Cadaqués. En muchas de las pinturas de este momento, el paisaje de la costa californiana nos remite al de Portlligat. Dalí utiliza diversos talleres a lo largo de su vida, que, según él, deben contar con una buena iluminación natural, un sillón cómodo y los utensilios necesarios para pintar. El pintor se rodea de objetos e imágenes que a menudo le sirven de modelo o inspiración, ya sea la reproducción de una pintura de Rafael en el mástil del caballete o el cisne disecado de Leda atómica.
El proceso de trabajo
El proceso de trabajo también sigue una metodología: la idea que el pintor tiene en mente, Gala-Leda, se transforma en un apunte rápido y enérgico, o bien en estudios preciosistas a los que a menudo les siguen otros de alguna zona concreta que el artista desarrolla con detalle: en este caso, el pedestal. El pintor también utiliza la fotografía, ya sea en forma de recordatorio de la modelo -Gala posando para Leda-, o bien para registrar la evolución de los dibujos que constituirán la pintura final.
Hacia Leda atómica
Dalí expone en dos ocasiones en la Bignou Gallery de Nueva York. Durante su segunda muestra individual, en 1947, presenta, por voluntad propia, Leda atómica, aún inacabada: «He dado comienzo a la primera, Leda atómica, que expongo mientras aún se encuentra en proceso de ejecución; de este modo, quienes estén interesados en mi técnica pueden estudiar el desarrollo de esta obra simultáneamente con la publicación de mi libro 50 secretos mágicos para pintar». El artista quiere acercar su obra al gran público, como confirma el segundo y último número del Dalí News, un periódico editado por él mismo y consagrado en exclusiva a sus actividades.
Gala
Leda atómica es también Gala. Dalí la conoce en 1929 y se convierte en compañera, colaboradora, musa y esposa. Son muchos los roles de Gala. Es quien proporciona al pintor los materiales artísticos e instrumentos para pintar, además de traducirle las fórmulas de los medios pictóricos que utilizará. Su capacidad de organización la convierte en la gestora económica de la pareja y en la principal marchante del pintor. Escritora y editora ocasional, Gala también es una artista sin obra, pero sobre todo es la fuente principal de inspiración del pintor, al encarnar la representación de la feminidad en su obra de forma real o idealizada. Dalí firma numerosas obras anteponiendo el nombre de su esposa al suyo, fusionándose así en un todo.
El óleo
Triple aparición del rostro de Gala preside este ámbito, donde constatamos que el proceso de trabajo de Dalí está unido a las imágenes protagonizadas por Gala. La pareja conserva muchas fotografías de inauguraciones, visitas y compromisos sociales que nos permiten conocer su vida pública. También guardan imágenes íntimas de su cotidianeidad y realizan otras, de forma expresa, para utilizarlas de referencia en el taller. En el audiovisual comprobamos que el pintor se sirve de algunas para representar a su musa, ya sea como personaje principal, como carácter secundario o como figura semioculta en la obra.
Dalí y la física atómica
La ciencia es uno de los grandes temas de Leda atómica. Desde su adolescencia, Dalí se interesa por el mundo científico, que se convierte para él en un elemento inspirador, fértil y productivo, tanto en el terreno artístico como en el filosófico. El cambio de paradigma que revoluciona la física a principios del siglo xx ejerce una gran influencia en Dalí. Durante la época surrealista, le conduce al método paranoico-crítico de interpretación de la realidad, en el que combina sus conocimientos sobre física con otros basados en el psicoanálisis freudiano. Más tarde, vincula directamente su pintura a las teorías sobre la estructura atómica. Leda atómica es un ejemplo excelente de ello: en esta obra, todo flota, todo se halla en suspensión, igual que los electrones alrededor del núcleo atómico.
To become a classic (Convertirse en un clásico)
Cuando Dalí pinta Leda atómica, se halla al final de un proceso de cambio iniciado en los años cuarenta mediante el cual, sin abandonar los temas que lo estimulan, quiere emular a los clásicos. Así pues, abandona el método paranoico-crítico y abraza la física atómica, mientras dirige su mirada hacia el Renacimiento. Este retorno al pasado se manifiesta, por una parte, en el tema elegido, el mito de Leda y el cisne, tratado ya por grandes maestros renacentistas como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Por otra parte, el uso de la perspectiva áurea se convierte en habitual en las pinturas de este período. Para aplicar las enseñanzas del tratado de Luca Pacioli La divina proporción, el pintor consulta con el matemático Matila Ghyka, quien lo ayuda a trasladar sus visiones al lienzo. Porque su destino, a partir de ahora, será to become a classic (convertirse en un clásico).
La proporción áurea
En los dibujos preparatorios de Leda atómica, vemos a la protagonista inscrita en una estrella de cinco puntas y un pentágono. Estas figuras geométricas tienen la particularidad de guardar una relación áurea entre sus dimensiones, considerándose por ello de una belleza especial: armónica, equilibrada y naturalmente proporcionada. Esta proporción, descubierta en la Antigüedad clásica y desarrollada en el Renacimiento por el matemático Luca Pacioli (cuyo libro La divina proporción recomendaba Dalí a los pintores noveles como libro de cabecera), se aplicó al arte y a la arquitectura con el fin de acercar las obras a la perfección divina y otorgarles una carga mística, y es por ello por lo que Dalí la recupera en su Leda.
La mística nuclear
En el momento en que pinta Leda atómica y otras obras del mismo período, Dalí ya ha dejado atrás los experimentos juveniles y la militancia surrealista. La física nuclear se encuentra en la base de su transformación. Inmediatamente después, inicia el período místico-nuclear, en el que combina sus sentimientos religiosos con los avances relacionados con la fisión y la fusión nucleares. Así, sus pinturas reflejan madonas y otros símbolos espirituales combinados con partículas subatómicas en movimiento. Dalí se sirve de la escritura, como es habitual, para exponer sus nuevos planteamientos. El Manifiesto místico es el primero de numerosos textos que ilustran este nuevo giro artístico.
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