A menudo los textos de catálogos de exposiciones son incomprensibles o poco tienen que ver con la obra y el artista en que se centran, resultando estos un mero pretexto para lucir un estilo de escritura pomposo que responde al tan extendido error de que cuanto más oscuro y complejo es un texto más inteligente se presupone su autor. No, no hay que ser filosofo, historiador del arte o periodista para escribir buenos textos en materia de cultura, aunque esas tres carreras sean quizás las que mejores herramientas aporten para transmitir un pensamiento crítico. Proporcionadas las herramientas, que pueden provenir de diversas fuentes no necesariamente siempre académicas, hemos de saber cómo usarlas, tener el cuidado, el rigor y el respeto suficientes para elaborar nuestra crítica. Existen diferencias entre los textos de catálogo, que oscilan entre lo literario y lo ensayístico, las notas de prensa y las críticas, es importante saber...qué se nos pide, cuál es el público al que nos dirigimos y qué queremos transmitir a los lectores.
Por otro lado, la escritura en el ámbito cultural está en auge pero supone uno de los trabajos cuyo baremo de remuneración más se desconoce; debemos reivindicar su valoración, aprender a ofrecer un texto de calidad, coherente con nuestro estilo e ideas y plantear un presupuesto, así como darle visibilidad a través de redes o buscar medios y editoriales para su publicación.
Entrada actualizada el el 07 oct de 2016
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