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Componen la muestra una serie de cuadros realizados todos ellos mediante técnicas mixtas sobre tablas de diferentes dimensiones y formas. Mediante la expansión del color y la presencia de figuras antropomórficas que por su apariencia formal nos remiten a la estética de los fanzines, la artista compone una serie de escenas que rescata de sus libros de artista, en cuyas páginas recoge sueños y pesadillas, momentos de rabia y vivencias personales que plasma con total desinhibición y libertad expresiva, páginas en las que construye un mundo paralelo a la realidad que habita y de la que disfruta con extrema vitalidad, humor e inteligencia. Una realidad que Carmen Vázquez combate e intenta negar desdibujándola mediante bruscos movimientos de pincel. Sus monstruitos ... domingueros no son reales, son seres que juegan con el subconsciente instalándose si pudor en el filo de nuestro saber y entender más primitivo. Todo lo que se representa en los cuadros que componen esta exposición es reconocible a simple vista, son pasiones, miedos e inquietudes plasmadas con una expresividad que va de la brutalidad extrema a una ñoñeria recargada. Las pinturas de esta joven artista son un puro derroche de sensibilidad, ilustraciones a gran escala plenas de rabia e ironía.

CursiLove no persigue conceptos. Huye intencionadamente de complicaciones teóricas o redundancias masivas. Lo que realmente le importa a Carmen es expresar sus sentimientos a través de la pintura, y lo hace sin ningún sin ningún tabú, sin prejuicios ni solemnidades, sin necesidad de recurrir o construir grandes metáforas. Existe en la obra de esta joven artista, Licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, cierto discurso social que se enmascara de ironía y un sarcástico sentido del humor.

La exposición Monstruitos Domingueros que se presenta actualmente en el espacio expositivo Sala LAi con comisariado artístico de Klauss van Damme se adapta al formato expositivo salalai, un formato que ha sido especialmente concebido para dirigirse hacia un observador que pasa o pasea por la calle y se aproxima a una ventana a través de la cual puede contemplar a cualquier hora del día un espacio expositivo aparentemente inaccesible, y sin embargo amable. Un lugar permanentemente abierto a la mirada y la interacción, al establecimiento de complicidades creativas. El lugar en el que ahora se muestra una instalación que muestra una serie de cuadros poblados por los monstruitos domingueros de Carmen Vázquez CursiLove.