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Hace tres años, Javier Rubio Nomblot escribió para un catálogo: “RPH inicia con esta una serie de primeras exposiciones de Miguel Ángel Barba, dedicadas a un improbable nuevo grupo de Cuenca, y desde el pesimismo, sólo se puede sospechar que probablemente ambos estén equivocados”. Bien, aún nadie se ha desencantado, y lo improbable, es ya una realidad.

Puesto que este “Grupo de Cuenca”, como Rafael Pérez Hernando gusta llamarle, es “nuevo”, conviene recordar que hubo uno anterior, ese famoso de los sesenta y setenta formado por Zóbel, Torner y Gerardo Rueda entre otros que, según Bonifacio, nunca existió. Este notable y singular creador afirmaba que fueron estupendas individualidades que como Saura, Sempere, Lorenzo y Guerrero, junto a los anteriores coincidieron, vivieron, comieron, se rieron y …¡muchas cosas más! en esa ... enigmática ciudad donde el primero de todos ellos ejerció de centro gravitatorio.

Para este grupo nuevo, sin embargo, Cuenca es esencial. Tres artistas: Cao, Barba y Juanmi, residen en ella, y el cuarto, Pablo Valle, vive en Madrid pero mantiene alquilada una casa en la ciudad del Júcar, y allí pasa largas temporadas y pinta de manera asidua. Comparten, además, su pasión por el trabajo aislado, alejado en lo posible del mundo, aunque Gonzalo sigue impartiendo clases de fotografía en la Facultad, y Pablo trabaja parcialmente de montador de exposiciones.