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En una época en que la práctica artística tiende a la experimentación mediante la disolución de las disciplinas tradicionales y la hibridación de soportes y lenguajes, Crystal Motion puede definirse como una intervención bidimensional que cabalga entre la instalación y, empleando un término que ha hecho fortuna, la pintura expandida.

En la espectacular luz natural que inunda el espacio de la galería ha encontrado Mercedes Lara la materia prima con la que construir su propuesta plástica, interviniendo en su “cuarta pared” (concepto teatral) mediante un ejercicio de puro placer retiniano, en el que, como imágenes especulares, contrapone el efecto de una proyección (luz artificial) y la acción de la luz natural que atraviesa una superficie tintada. En Crystal Motion se crea un juego visual de opuestos, enfrentando los conceptos de transparencia y opacidad, interior ... y exterior, artificial y natural, etc.